Si el mes pasado se había anticipado la posibilidad de que los estudiantes de Jalisco volvieran a clases en la modalidad tradicional (presencial), acatando las restricciones obligadas por la pesadilla que atormenta a todo el mundo desde hace un año, la Secretaría de Educación Pública ya puso los puntos sobre las íes. El aún titular de dicha dependencia -y próximo embajador de México en Washington-, Esteban Moctezuma, puntualizó que “en algunas entidades se volverá a clases de manera presencial... si el semáforo epidemiológico lo permite”. Menos, no.Ahora mismo, solo en dos estados del país parece haber condiciones propicias para que los alumnos regresen a las aulas: Campeche, donde hasta el lunes había solo siete mil 422 casos registrados y 978 fallecimientos, y Chiapas, con ocho mil 559 casos y mil 150 defunciones, contra los 56 mil 595 casos y seis mil 645 decesos registrados en Jalisco, desde el inicio de la pandemia.Conclusión (para el caso de Jalisco): “se baja el cero… y no toca”.-II-La decisión parece sensata… aunque las objeciones de los padres de familia (y las madres, principalmente) sean válidas. Una, las dificultades -técnicas, operativas, mentales o económicas- de muchos estudiantes o sus familias para adaptarse a la modalidad “a distancia”, y la consiguiente deserción escolar; otra, el trastorno que la falta de contacto directo de niños y adolescentes con sus maestros y/o compañeros puede ocasionar en su desarrollo emocional, considerando que, más allá del aprendizaje, la interacción en la escuela es uno de los factores que más inciden en la maduración sicológica de las personas.Sin embargo, restablecer la modalidad presencial, por más esmero que se tenga en aplicar los protocolos sanitarios, incrementa, ipso facto, el riesgo de contagios, principalmente porque el desplazamiento de los alumnos a las escuelas implica incrementar la movilidad social, considerando que los padres de familia transportan en sus vehículos a la mayoría de los estudiantes, en primaria y secundaria principalmente.-III-Todas las innovaciones propuestas para el regreso a clases, en la modalidad presencial, parecen -también- sensatas: que no vuelvan todos los alumnos al mismo tiempo; que no lo hagan todos los días; que se reduzcan los horarios; que se obligue el uso del cubrebocas; que se generalice el uso de gel antibacterial; que se dé prioridad a los maestros en la vacunación; que haya menos encierro y más actividades al aire libre…Lo más importante, empero, es hacerlo… cuando sea seguro. Antes, sería temerario.