Estaba en la computadora cuando mi hija veía la película Turning Red de Pixar en Disney +, y mientras trataba de concentrarme en escribir, no podía dejar de ver al personaje de Meilin Lee, la protagonista de 13 años, así que me rendí y me senté en la sala para verla con ella. Qué gran oportunidad y qué gran momento, creo que ver esta película con tus hijas no tiene comparación. Se trata de una cinta que se estrenó en México el 17 de marzo, directamente en la plataforma y mucha gente ya comenta sobre ella. A mí me erizó la piel. Temas como la pubertad, la relación con tu madre, los cambios físicos, expectativas, decisiones, el amor de amigas, tus grupos musicales, especialmente las boy bands, verdaderamente te transporta y a la vez toca una parte muy delicada: La relación con tu madre y la búsqueda de tu identidad. Ese monstruo, o panda rojo en el que caso de Meilin, que vive dentro de ti y que tratas de comprender, todos esos cambios que pueden rebasarte y en el que tu madre puede convertirse en un aliada o una enemiga, ayudarte o lastimarte, acompañarte o juzgarte pero sin olvidar que aunque no lo creas, ella tambien pasó por ahí.Quien tiene hijas no me dejará mentir que existe una conexión especial, pero también puede haber expectativas que nos hacen daño y cómo darse cuenta que al querer convertirla en una “buena niña” o que se “porte bien”, de la manera que tú quieres, quizá no le estás dando la oportunidad de ser ella misma. Sin duda, una gran lección.El control de las emociones, la comunicación, pasar de una etapa de la niñez a la pubertad, el cambio o incluso, “rompimiento” que hay con mamá para dejar ser a esta niña que ahora va descubriendo el mundo. Te cuestiona tu papel como mamá pero a la vez, la relación con tu propia madre y como este asunto generacional es un lazo tan poderoso pero también tóxico y dañino sino se sabe cuidar, con las expectativas tan altas, con las frustraciones, sueños rotos, miedos y qué pasa con esa relación de mamá e hija que puede, al lastimarse tanto, perderse para siempre.Las mujeres somos intensas, amorosas y fuertes, pero tener a una hija también proyecta tus deseos, es un reflejo de ti, de lo que quieres y no quieres, pero hay que entender que tu hija es un ser individual, con sueños diferentes a los tuyos y que en ocasiones al “esperar” ciertas conductas no la estás dejando vivir sus propias experiencias, su personalidad, gustos, anhelos y qué mejor que observarla feliz, conocerla, escucharla y dejarla vivir, aunque no haga las cosas como exactamente quieres. Y seguramente así será, aunque no nos guste.La directora, Domee Shi, refleja en esta cinta una de las etapas más trascendentes, felices y complicadas de nuestra vida como es la pubertad con un toque divertido y entretenido que hace fluir la historia, ella es originaria de China pero como ocurre en la cinta, se sitúa en Toronto, Canadá, tal como lo hizo la directora con su familia al ser adolescente; incluso, uno de los detalles más significativos es que la protagonista, Meilin Lee tiene 13 años y como el desarrollo de esta historia ocurrió hace 20 años, coincide con la edad que actualmente tiene Domee Shi. ¿Casualidad?¡Gocé al verla, ojalá ustedes también!AA