Las 60 invitadas disfrutaron de una tarde en su casa, donde Los Otates se encargaron de servir ricos antojitos pero otra delicia es la tradicional sopa de ciruela de Rosita que tanto les gusta, sin faltar la música y un alegre mariachi que llegó de sorpresa como un regalo de su hija. Uno de los lindos detalles también fue el postre porque Rosita buscó helados de “piquito” que eran tradicionales en la ciudad y también sus favoritos.Sus invitadas son amigas de toda la vida del colegio del Sagrado Corazón, pero también sus amigas del juego y del golf, así que como siempre, pasaron un día inolvidable. Este año, Rosita Watanabe continuara los festejos de su cumpleaños con un viaje a Japón. ¡Felicitaciones!CP