Cuando caían los rayos del sol la tarde del 6 de mayo, comenzaba a llegar la gente al Estadio Akron, algunos con playeras del Saúl “El Canelo” Álvarez, gorras, otros con ponchos de la bandera mexicana, mujeres de gala, entaconadas y extranjeros, todos con las mismas ganas de disfrutar del encuentro entre Saúl “El Canelo” Álvarez y John Ryder.Con el ring al centro se empezaban a llenar algunos espacios del recinto, mientras que en los pasillos ya disfrutaban de algunas cervezas, antojitos y más, pero la llegada de la hija del Canelo, Cinnamon Álvarez, se robó las miradas y selfies de esta guapa chica, así como la presencia de Ramón “El Inocente” Álvarez.Hubo algunas peleas previas y cuando se dieron las 9:00 pm ya se notaba un estadio lleno, con toda la emoción para después de las presentaciones de ambos boxeadores sonara la campana de inicio, temas como Cielito lindo o Sigo siendo el rey, se escuchaban entre los coros de la gente, se dieron además pulseras de luz que encendían a al iniciar cada round, en los que había apoyo, aplausos y gritos, pero todas las esperanzas estaban puestas en este boxeador, “El Canelo Álvarez”, que sí es profeta en su tierra y que hace 12 años no boxeaba en su ciudad, que lo recibió con los brazos abiertos.Tras sonar el doceavo round y con ardiendo los ánimos, la decisión unánime fue para El Canelo, alegrando el ambiente con mariachi y lo mejor, iluminando el cielo con pirotecnia, pantallas con imágenes del campeón y que al final, después de la pela no dudó en decir. “Yo cuando era niño soñé con ser boxeador y llegar lejos, nunca pensé que a este nivel, pero lo logré y sí, hay Canelo Álvarez para rato”.