Jueves, 21 de Noviembre 2024
Gente Bien | Entrevista

FIL 2021: Dolores Reyes presenta Cometierra

Su primera novela, Cometierra, es un suceso que ya se ha traducido a varios idiomas y está recorriendo el mundo no sólo para hacer literatura sino para cambiar el discurso de la violencia hacia la mujer

Por: Aracely Aguilera

Foto: Claudio Jimeno

Foto: Claudio Jimeno

Una mezcla de género negro, policiaco y realismo mágico definen la obra de Dolores Reyes, una autora originaria de Argentina que estudió Letras Clásicas y que aún teniendo siete hijos, dejó de procrastinar su deseo escribir para hacerlo realidad. Cometierra surge de un curso de literatura en el que tomó una idea inicial para seguir de filo con una novela que despierta la inquietud por el super poder que tiene la protagonista, una niña que al comer tierra le muestra qué ocurrió con esas personas que murieron. 

Amante de las letras y también orgullosa mamá de siete hijos / Foto: Claudio Jimeno 

El primer descubrimiento ocurre en el funeral de su madre, en medio del sufrimiento, la pobreza y una vida que de por sí ya es difícil por la marginación y ante la pérdida, por el gusto que siempre tuvo de comer tierra, se da cuenta de cómo murió su madre, enterándose que fue su mismo padre quien lo hizo a golpes, así siguen transcurriendo otras muertes como la de una maestra con la que tenía mucho apego y pérdidas que la hacen darse cuenta de este poder. 

Como es muy chica, no cuenta lo que ve pero hace un dibujo que es identificado por todos y encuentran así el cuerpo de la maestra, entonces la gente empieza a buscarla, con teléfonos, fotos y botellitas con tierra para ver la posibilidad de dar con otras personas fallecidas. 

Cometierra le ha cambiado la vida a Dolores, quien da clases de literatura y asegura, ya no es capaz de detectar el ruido que puede haber en una casa con siete hijos porque incluso pone música a todo volumen para seguir escribiendo, aunque también cuando necesita silencio se levanta de madrugada para esclarecer esas ideas que también le vienen de los sueños. 

En el brazo derecho de Dolores tiene tatuada la portada de su libro, que ahora mismo ha dado la vuelta al mundo, interesando a países que no sólo son latinos, sino cruzando el continente porque ha despertado mucho curiosidad, junto con su estilo y propuesta literaria que retoma el tema de la violencia hacia la mujer, un tema del que se está hablando y que las escritoras, no sólo en tono de denuncia, hacen literatura exquisita y Dolores es una de ellas. 

¿Cómo fue el proceso de escritura?

"Fue muy largo, más o menos cuatro años y medio, porque trabajaba en un taller literario con experimentación artística haciendo cuentos. Justamente en este encuentro, un poeta leyó un texto que terminaba diciendo, tierra de cementerio. Yo lo estaba escuchando y cuando dijo eso se me apareció la imagen de una nena sentada comiendo tierra de un cementerio -que además me encantan- entonces empiezo a armar algo por escrito. Suspendí lo anterior y me puse a pensar qué pasa con eso de comer tierra en un cementerio".

Feliz de venir a presentar su novela a Guadalajara durante la FIL35 / Foto: Claudio Jimeno 

Cuéntanos más de Cometierra

"Es una novela que tiene como dos caras, por un lado está esto oscuro ligado al mundo de los muertos, asesinos, policías, pero también un lado muy luminoso porque ese jardín que ella ve, ese terreno que habita es vital, lleno de plantas. A la vez ella también quiere enamorarse, salir a bailar, lo que hacen todas las chicas, incluso tiene una relacion muy buena con su hermano pero sigue permenente este lado oscuro también que la liga a la muerte con la violencia y víctimas de trata".

¿La violencia sigue siendo un tema en la literatura?

"Recién empezamos a hablar de las violencias, de cómo otras escritoras cuentan que no tenían las palabras y ahora empieza a surgir en la ficción, desde una nueva óptica, que no es erotizada, sino la voz de una niña para que la perspectiva sea otra, con la tristeza y la desolación, de esas mujeres que nos arrancan. Es un tema que pasó siempre, la amaba tanto que la mató... hay esto de marcar cuerpos como si fueran propiedades. Desgraciadamente pasa muchísimo, es un odio de género porque muchos de estos feminicidios se dan cuando ella decide otra cosa". 

"La novela es una herramienta muy valiosa para afrontar la violencia".

Además de su valor como obra, Dolores dedicó su novela a dos chicas muy jóvenes de 19 años, violentada por un grupo de hombres, en el caso de Melina Romero, cinco al menos que continúan libres, semi inconsciente la metieron en un bolso y la tiraron a un arroyo contaminado. La violencia continúa y la ficción puede tomar otro discurso y valorizar la vida de cada una. 

"Yo crecí viendo mujeres buscar a sus hijos y sus nietos y, ¿dónde los buscan? En la tierra".

Hay un elemento que es fundamental porque la tierra es un principio femenino, es alimento, el conocimiento de las mujeres, los ciclos de la agricultura, pero también está la tierra final, el destino final, que sabe dónde están estos cuerpos, qué les pasó y esta tierra puede quebrar esa voluntad de los violentos, como no dar sepultura, no devolver a la gente sus seres queridos para transitrar el duelo.

AA 

  

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