Julia y Renata Franco, diseñadoras orgullosamente tapatías, quienes definitivamente han puesto a esta ciudad en el mapa, no sólo por el estilo característico de sus creaciones sino por el aporte cultural que hacen a la vida de Guadalajara.Cuando las conocí mi primera impresión al verlas, además de comprender que tienen una simbiosis impresionante, es que eran dos mujeres muy inteligentes y que no paraban de reír y hacer bromas. Nuestro click, como esos amores a primera vista, fue inmediato y comenzamos a tener una relación que de lo laboral se tornó a lo personal hasta el día de hoy.La marca Julia y Renata nace un 14 de febrero de 1993 cuando las diseñadoras abren una tienda en la cochera de sus papás. Julia Franco era maestra en una escuela de diseño de moda y tenía como alumna a su propia hermana, Renata.“En Guadalajara se hacía un evento llamado Muestra de Alta Moda. Un día, fuimos con los organizadores después de echarnos un volado para ver quién marcaba y hacía la cita; les enseñamos nuestras prendas y nos dijeron, ‘¡Venga!’. Y ahí empezó el loquerón”.Y aunque parezca un cliché del que seguro las hermanas Franco jamás estarán de acuerdo conmigo, es el día de los enamorados que marca su inicio y creo que el ser amorosas y apasionadas son dos adjetivos que las puede describir fielmente: Amor a lo que hacen y amor para todo el que los rodea. Ellas sin duda son uno de los nombres que pesan más en la industria de la moda nacional y no en balde su reconocimiento se extiende más allá de nuestras fronteras.La experimentación es uno de los valores más importantes de su marca: “Poco a poco, fuimos experimentando juntas con cortes y materiales hasta hacer nuestra primer colección”, recuerda Renata. Y parte de esa experimentación es la creación del famoso Albergue Transitorio, un punto en el que convergen las creaciones favoritas de las diseñadoras en varias disciplinas y que se ha convertido en un punto de referencia para los creativos de esta ciudad.Ellas se encargan de realizar una curaduría de objetos de diseño, artesanía, bebidas, moda, arte, entre otros que, cuando los observas con detenimiento, definen perfectamente los gustos de las hermanas y delatan su pasión por las diferentes artes y afición enorme por la cocina (Julia) y por la música (Renata).Y es ahí donde me quiero detener y es que es imposible pensar en Guadalajara sin pensar en Julia y Renata y creo que el gran secreto que han logrado es construir una comunidad alrededor de todo lo que hacen.Para los nuevos diseñadores Julia y Renata son una gran referencia y definitivamente un modelo a seguir, lo que ellas han logrado para mantenerse como una marca de nicho en nuestro país y el deseo que genera el tener una de sus piezas es fuera de serie.Y no sólo eso, siempre que necesitas tener una recomendación o referencia de dónde comer, beber, pasarla bien o ver algo maravilloso en Guadalajara ellas tienen la respuesta, no en balde la agencia de tendencias WGSN las coloca en cada una de sus ediciones sobre la ciudad como un referente claro de todo lo “cool” que pasa en la ciudad.Volviendo al amor y a la pasión, definitivamente la creación de esta comunidad alrededor de ellas, no sólo es un acto amoroso sino además generoso con el único objetivo de resaltar el enorme orgullo que tienen de ser tapatías y de vivir en una ciudad que las ayuda a inspirarse y a demostrar al mundo que México es mucho más grande que sus simbolismos populares y que no necesariamente tienes que vivir en una capital de un país para crear algo sublime como todo lo que ellas hacen. Vivan Julia y Renata, que viva la moda y que viva el aporte cultural que dan ellas a este hermoso punto del país.AD
