A menudo se ha afirmado que las parejas llegan a parecerse físicamente debido al tiempo que pasan juntas. Sin embargo, estudios recientes indican que esta similitud tiene orígenes más profundos, derivándose de la atracción inicial entre personas con características similares.En 1987, el psicólogo Robert Zajonc de la Universidad de Michigan sugirió que las parejas comienzan a parecerse físicamente con el tiempo por su entorno compartido y la sincronización de actividades. No obstante, investigaciones recientes de Pin Pin Tea-makorn y Michal Kosinski en la Universidad de Stanford cuestionan esta teoría.Según su estudio, las personas tienden a sentirse atraídas inicialmente por otras con características físicas similares, más que desarrollar semejanza con el tiempo.El psicólogo Justin Lehmiller, en su libro "Tell Me What You Want", explica que la familiaridad genera seguridad y confianza. Las personas buscan parejas con rasgos físicos similares a los suyos, aunque no siempre de manera consciente. Esta atracción por lo conocido podría explicar por qué algunas parejas muestran un parecido físico notable desde el principio de su relación.De igual forma, un estudio de la Boston University School of Health y la Universidad de California investigó a tres generaciones en el pueblo de Framingham, Massachusetts, y descubrió que las parejas con orígenes geográficos similares tendían a unirse. Este patrón sugiere que la genética juega un papel importante en la selección de pareja. Además, estudios anteriores han señalado que algunas personas buscan inconscientemente parejas que se asemejan físicamente a uno de sus padres, lo cual refuerza la teoría de la familiaridad y el confort.Además de la genética y la apariencia física, el estilo de vida y la personalidad también influyen en la semejanza entre las parejas. Investigaciones han demostrado que parejas con hábitos similares, como la práctica de deportes, tienden a desarrollar sistemas inmunológicos parecidos, lo que también puede contribuir a su atracción mutua.Aunque la similitud inicial es significativa, las parejas de larga duración también muestran un mimetismo en gestos y expresiones debido al tiempo compartido. Este fenómeno puede hacer que las personalidades y actitudes se alineen, aumentando la similitud percibida entre ambos.Estudios de la Universidad de Ámsterdam han sugerido que la similitud en rasgos de personalidad como la empatía puede ser beneficiosa para la relación. Sin embargo, una combinación de rasgos diferentes también puede contribuir al bienestar de la pareja, ofreciendo un equilibrio necesario para la dinámica de la relación.La semejanza física entre parejas es un fenómeno complejo influenciado por una combinación de genética, atracción inicial por lo familiar, estilo de vida compartido y la convergencia de gestos y actitudes a lo largo del tiempo. Aunque la ciencia continúa explorando este tema, es evidente que tanto la similitud inicial como la evolución conjunta juegan roles cruciales en la percepción de las parejas. YC