El síndrome de activación de mastocitos (SAM) es una enfermedad poco conocida que afecta la calidad de vida de quienes la padecen, ya que puede desencadenar reacciones alérgicas severas ante una amplia gama de estímulos, incluyendo alimentos. Este trastorno, aunque raro, ha ganado atención debido a la complejidad de su diagnóstico y el impacto profundo que tiene en la vida cotidiana de los pacientes, quienes en casos extremos llegan a tener intolerancia a casi todos los alimentos.El SAM es un trastorno inmunológico en el que los mastocitos, un tipo de célula del sistema inmune, se activan de manera descontrolada. Estas células, encargadas de liberar histamina y otras sustancias en respuesta a alergias o infecciones, reaccionan excesivamente incluso sin una causa aparente. Esta sobreactivación provoca una serie de síntomas que pueden ser leves o potencialmente mortales.Aunque comparte similitudes con otras enfermedades como la mastocitosis, el SAM se distingue por no estar asociado a un exceso de mastocitos, sino a su activación anormal.El SAM puede manifestarse de diversas maneras, ya que afecta múltiples sistemas del cuerpo. Entre los síntomas más comunes se encuentran:En los casos más graves, los pacientes pueden experimentar anafilaxia, una reacción alérgica extrema que pone en riesgo la vida.Para las personas con SAM, los alimentos pueden actuar como desencadenantes de los episodios alérgicos debido a sustancias químicas naturales o aditivos presentes en ellos. Esto incluye alimentos comunes como frutas, vegetales, carnes, y hasta productos procesados.En casos extremos, los pacientes desarrollan intolerancia a una amplia gama de alimentos, lo que les lleva a depender de dietas extremadamente restringidas o incluso de nutrición intravenosa. Esto no solo afecta la salud física, sino también el bienestar emocional, ya que comer, una actividad social y cultural, se convierte en una experiencia llena de miedo e incertidumbre.El diagnóstico del SAM es complicado, ya que los síntomas varían ampliamente y pueden confundirse con otras afecciones. Para confirmarlo, los médicos realizan pruebas de sangre y orina que detectan niveles elevados de mediadores de mastocitos, como la histamina y la triptasa.El tratamiento se centra en controlar los síntomas y minimizar los desencadenantes. Algunas estrategias incluyen:El síndrome de activación de mastocitos representa un desafío constante para quienes lo padecen. Desde evitar desencadenantes ambientales y alimenticios hasta lidiar con la incertidumbre de las reacciones alérgicas, el impacto en la vida diaria es significativo.BB