Apartado del bullicio de otras playas, con ese aire romántico y bohemio flotando por sus calles y la brisa marina envolviendo cada uno de tus pasos. Así es San Pancho, es uno de los rincones más fascinantes que ofrece la Riviera Nayarit para aquellos viajeros que desean disfrutar de las bondades de mar, la buena cocina y un merecido descanso. Si no lo conoces es momento de descubrirlo. Si lo recorriste en el pasado te sorprenderán sus nuevos encantos.San Pancho se encuentra cerca de Sayulita y durante mucho tiempo ambos destinos representaban el “Ying-Yang” del descanso. Mientras que la segunda playa era sinónimo de fiesta, vida nocturna y surf; la primera era vista como un remanso de tranquilidad, silencioso y perfecto para tomar el Sol y broncearse sin mayor sobresalto.Pero San Pancho ha evolucionado. Sin perder ese aire encantador y de colorido pueblito, crece cada vez más en opciones de ocio, gastronómicas y de hospedaje. Sobre la Avenida del Tercer Mundo (su principal arteria vial), se encuentran abiertos o por abrir nuevos restaurantes. Adyacente a la misma han ido abriendo los ojos pequeños hoteles -en su mayoría de categoría boutique-, que buscan cambiar la idea de que este destino “es para un ratito”. Ahora desean que te quedes y disfrutes las relajantes noches con el Océano Pacífico arrullando tus sueños.También vale la pena decir lo que no ha cambiado. San Pancho sigue siendo ese lugar de espectaculares atardeceres, esos que roban el aliento y te dejan en silencio mientras el Sol se funde con el mar. Sigue siendo el punto anhelado para quienes gustan de la buena cocina, con unos aguachiles de antología o tostadas de ceviche que se disfrutan mientras la arena acaricia tus pies.Sigue siendo esa comunidad donde puedes caminar por la noche y sentirte tranquilo, donde la gente es solidaria y orgullosa de su comunidad.San Pancho está creciendo, pero su esencia, su corazón, permanece intacto.Un hospedaje celestialVale la pena disfrutar al menos una buena noche de descanso en San Pancho, cobijado por las estrellas y el vaivén marino más suave que puedas imaginar. La oferta de hoteles ha crecido en años recientes, y entre hoteles pequeños, boutiques e incluso la renta de habitaciones, siempre encontrarás una opción que se acomode al presupuesto y el plan de descanso que tienes en mente.Y hablando de una buena opción de hospedaje, dada la calidez y ambiente familiar que ofrece, podemos poner en lo alto de la lista al Hotel Cielo Rojo (calle Asia #6), propiedad de la californiana Gisela Marin, quien llegó a México y se enamoró profundamente de Nayarit. Sus habitaciones amplias, con aire acondicionado y un shot de tequila de bienvenida lo colocan en lo alto de la lista para pasar unas vacaciones inolvidables.Un plus que tiene el hotel (que apuesta por lo natural y la producción de sus propios insumos) es su buena ubicación y un excelente restaurante de desayunos (Bistro Orgánico).Ir a San Pancho es comer bien. Esa formula no falla, y menos si llegar al fondo de la Av. Del Tercer Mundo, justo donde se encuentra la estatua del Santo que le da nombre a esta ciudad. A un costado encontrarás el restaurante Las Palmas, cuya terraza se encuentra justo sobre la playa. Este recinto, como todos los comercios de la ciudad, siguen las reglas sanitarias necesarias para asegurar que tu acceso se lleva en las mejores condiciones.El menú, creado por Sergio Romo Contreras, sigue la receta familiar de este local con más de 40 años de existencia. Ingredientes locales, frescos y porciones amplias son parte del encanto de Las Palmas. ¿La especialidad? Los aguachiles. ¿Sugerencias? Prueba el de coco, el de jamaica y el de maracuya, que son genuinas poesías gastronómicas, acompañados por una buena salsa picante (la Huichol es una buena opción), y una rica cerveza lager. También vale la pena las exquisitas tostadas de ceviche o los tacos de pescado.JL
