Las enfermedades cardiovasculares continúan siendo la principal causa de mortalidad a nivel global, afectando a millones cada año. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), uno de los factores más influyentes en su desarrollo es una mala alimentación, caracterizada por un alto consumo de grasas, azúcares y sal, y una baja ingesta de frutas y verduras. Un estudio de 2017 publicado en la revista Nutrients sugiere que una dieta rica en frutas no solo puede prevenir las enfermedades cardiovasculares (ECV), sino también ayudar a restaurar la función cardiovascular tras una lesión. Consumir frutas regularmente puede reducir riesgos como la hipertensión, el colesterol alto y el sobrepeso, además de retrasar la aparición de problemas cardíacos. Entre las frutas más beneficiosas para el corazón destacan: Otras frutas como el espino, el mango y la cereza también presentan beneficios cardioprotectores. Incorporar una variedad de frutas en la dieta diaria puede marcar una diferencia significativa en la prevención de enfermedades del corazón, proporcionando beneficios que trascienden la nutrición. EE