El deporte es una de las mejores formas de mantenerse saludable y vivir más años. Hacer ejercicio regularmente y llevar una alimentación equilibrada mejora nuestro bienestar general. Sin embargo, existen muchos mitos en torno a la práctica deportiva que generan debates tanto entre aficionados como entre profesionales. Uno de los más comunes es si entrenar en ayunas es perjudicial para la salud.Entrenar en ayunas significa realizar ejercicio sin haber consumido alimentos previamente. Esta práctica se basa en la idea de que, al no tener glucógeno (la principal fuente de energía del cuerpo) disponible, el cuerpo recurrirá a las reservas de grasa para obtener energía. Sin embargo, el nutricionista Borja Bandera explica que la efectividad de esta estrategia depende de varios factores, como las necesidades individuales y el tipo de entrenamiento realizado.Uno de los beneficios potenciales de entrenar en ayunas es el uso de las grasas como fuente de energía. Esto puede ser útil para quienes buscan perder peso. Sin embargo, es importante señalar que esta estrategia puede no ser adecuada para todos. Los ejercicios de baja intensidad son más apropiados para realizar en ayunas, ya que requieren menos energía inmediata. Por otro lado, los entrenamientos de alta intensidad o de fuerza podrían no ser tan efectivos sin una adecuada reserva de glucógeno.Para quienes desean comenzar a entrenar en ayunas, se debe pasar por una fase de adaptación. Esta etapa implica realizar entrenamientos suaves antes de incrementar la intensidad. Además, es importante que la última comida previa al ayuno incluya una ingesta adecuada de carbohidratos para asegurar que el cuerpo tenga suficiente energía durante el ejercicio. Saltar directamente a entrenamientos intensos en ayunas sin esta preparación puede resultar en fatiga, mareos y un rendimiento deportivo disminuido.Es común pensar que entrenar en ayunas es la mejor manera de perder peso rápidamente. Sin embargo, el ejercicio en sí mismo es solo una parte del proceso. La nutrición, el descanso y la recuperación son igual de importantes. Además, cada persona es diferente y lo que funciona para uno puede no ser efectivo para otro. Siempre se debe escuchar al propio cuerpo y ajustar las rutinas de ejercicio y alimentación según las respuestas y necesidades personales.MF