La respiración es un proceso fundamental para la vida. Con cada respiro, múltiples sistemas del cuerpo se ponen en acción; la sangre circula por las venas, las conexiones neuronales se optimizan y el oxígeno se distribuye por los órganos.Se estima que el humano respira unas 21 mil 600 veces en un día, sin embargo, habría que preguntarse en cuántas de estas respiraciones se es consciente de ellas. El ritmo ajetreado de la vida cotidiana muchas veces no permite tomarse un tiempo para dimensionar de manera profunda todo aquello que nos hace vivir.La respiración refleja el estado anímico de una persona. Cuando la respiración se acorta, se acelera o la tensión arterial aumenta, indica un estado de estrés. Por otro lado, el sistema nervioso simpático, relacionado a estados de supervivencia, se activa. Con esto, entra menos oxígeno en el cuerpo y, por lo tanto, también menos oxígeno llega al cerebro. Cuando este órgano no recibe el aire que necesita, las celular cerebrales comienzan a morir, lo que puede traer consecuencias fatales a una persona.En este contexto, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomiendan convertir la respiración consciente en un hábito de la vida cotidiana.¿Qué es la respiración consciente?La respiración consciente es una técnica de meditación que consiste en prestar completa atención al momento de inhalar y exhalar, controlando el ritmo y la profundidad de cada respiro.Beneficios de la respiración consciente¿Cómo practicar la respiración consciente?Para practicar la respiración consciente puedes cerrar los ojos y elegir estar de pie, con los pies a la altura de la cadera, o sentado con la espalda erguida.Una de tus manos deberá posicionarse en el ombligo y la otra en el corazón con el fin de notar los cambios del cuerpo cuando el aire llega a los pulmones y el estómago se infla.En cuatro tiempos deberás inhalar, poniendo especial atención al proceso. Luego exhala también en cuatro tiempos, nota cómo se siente tu cuerpo y corazón. Este proceso de inhalar y exhalar deberá durar al menos tres minutos. Conforme te vayas familiarizando con la práctica de la respiración profunda puedes prolongar poco a poco los tiempos, por ejemplo, inhalar en seis y exhalar en ocho.Recuerda que cuando la respiración es tranquila el cuerpo percibe mayores beneficios: la sangre y el cerebro reciben el oxígeno que necesitan, la frecuencia cardiaca disminuye y el correcto descanso y digestión se maximizan.Con información de Revista Familia IMSS número 59.MBMantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp