La cerveza (del latín cerevisĭa), es una bebida fermentada en agua con levadura y con granos de cebada germinados. Es la cuarta bebida más consumida del mundo sólo por debajo del agua, el té y el café. Y pese a que la precede cierta mala fama por sus consecuencias en la salud, sólo si se consume en exceso, como todo en la vida. Los expertos llevan la contraria y explican que su consumo diario, moderado, beneficia de muchas maneras al organismo. Isabel Moreno Nievas, doctora del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, destacó que, gracias a su riqueza en polifenoles y fibra, la cerveza “podría contribuir” a mejorar la diversidad bacteriana y promover una mejor salud intestinal. Sumado a que la composición de esta bebida fermentada favorece la microbiota, optimizando la digestión y ayudando a contrarrestar los efectos negativos asociados a un estilo de vida sedentario sobre el sistema digestivo.“La dieta es uno de los principales factores que influyen en el perfil de la microbiota, y una mayor diversidad en su composición está vinculada al bienestar general, además de reducir el riesgo de enfermedades metabólicas como la obesidad y la diabetes”, explicó la especialista. En este contexto, los polifenoles presentes en el lúpulo y la cebada de la cerveza ofrecen beneficios antioxidantes y antibacterianos, lo que los convierte en aliados potenciales para la salud intestinal.La cerveza es una fuente notable de nutrientes, ya que contiene ácido fólico y vitamina B6 en cantidades superiores a las de la leche de vaca, elementos esenciales para el correcto desarrollo del metabolismo humano. Además, aporta proteínas y minerales esenciales como fósforo, silicio, potasio y sodio, que contribuyen a una nutrición equilibrada. Por si fuera poco, los polifenoles presentes en esta bebida fermentada no solo benefician la salud intestinal, sino que también favorecen el rejuvenecimiento y ayudan a prevenir enfermedades infecciosas y cardiovasculares. Sin embargo, no todas las cervezas ofrecen estos beneficios en igual medida. Para obtener un impacto positivo en la salud, es importante seleccionar aquellas con un mayor contenido de polifenoles y fibra, incorporándolas de manera moderada a la dieta. La clave está en revisar su composición y optar por opciones que maximicen estas propiedades.Los expertos recomiendan una ingesta máxima diaria de entre 200 y 300 mililitros para mujeres, y de 400 a 600 mililitros para hombres, siempre y cuando se encuentren en buen estado de salud y no padezcan afecciones que contraindiquen su consumo.En cuanto a la preocupación común sobre el aporte calórico de la cerveza, cabe aclarar que su fama de "engordar" es un mito. Ya que por cada 100 mililitros, la cerveza tradicional contiene unas 45 calorías, mientras que la cerveza sin alcohol tiene alrededor de 17 calorías, lo que la convierte en una opción relativamente ligera dependiendo de la cantidad consumida y del tipo elegido.Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO