
¿Qué pasa si me pongo mucho perfume?
Hay quienes tienden a aplicarse más de la cuenta, creyendo que un aroma más intenso tiene un efecto más duradero o simplemente porque disfrutan de la fragancia, sin embargo puede ser algo negativo

El perfume es una de las formas más populares de expresión personal, un detalle sutil que puede dejar una impresión duradera en quienes nos rodean. Pexels
El perfume es una de las formas más populares de expresión personal, un detalle sutil que puede dejar una impresión duradera en quienes nos rodean. Sin embargo, hay quienes tienden a aplicarse más de la cuenta, creyendo que un aroma más intenso tiene un efecto más duradero o simplemente porque disfrutan de la fragancia. Pero, ¿qué pasa realmente si te pones mucho perfume?
1. Efectos en la salud
El exceso de perfume puede afectar la salud, especialmente si tienes piel sensible o afecciones como alergias o asma. Los perfumes están hechos a partir de compuestos químicos que pueden desencadenar reacciones alérgicas. Entre los síntomas más comunes se encuentran enrojecimiento de la piel, picazón, enrojecimiento en los ojos o estornudos constantes. En casos más graves, una exposición continua al perfume podría irritar las vías respiratorias, provocando dificultades para respirar o desencadenando ataques asmáticos.
2. Incomodidad para los demás
Aunque a algunas personas les encanta usar mucho perfume, para otras puede resultar una molestia. La fragancia, especialmente si es fuerte, puede convertirse en una fuente de incomodidad para quienes tienen un sentido del olfato más agudo o son sensibles a los olores. Esto es especialmente cierto en espacios cerrados o de alta concentración de personas, como oficinas o transporte público. Un exceso de perfume puede ser percibido como invasivo y opacar otros olores.

3. Desbalance olfativo
Nuestro sentido del olfato también tiene sus límites. Si nos exponemos a un aroma demasiado fuerte, nuestra capacidad para percibir otros olores se ve afectada, un fenómeno conocido como “fatiga olfativa”. Es posible que, al usar demasiada cantidad de perfume, dejes de percibir la fragancia que tanto te gusta y, de alguna forma, se vuelva menos efectivo a medida que tu nariz se adapta. Esto puede llevar a que, sin saberlo, aplicamos más perfume del necesario, creyendo que la fragancia ha desaparecido.
4. Efectos en el entorno y la moda
En términos de moda y etiqueta, menos es más. En eventos sociales, un exceso de perfume puede opacar tu presencia, haciéndote más memorable por tu fragancia que por tu estilo o actitud. La clave está en la moderación: la idea es que el perfume se perciba solo cuando alguien esté cerca de ti, no que te preceda o te deje una nube a tu paso.

5. Durabilidad del perfume
Aplicar más cantidad de perfume no necesariamente mejora su durabilidad. La longevidad de un perfume depende más de la calidad de la fragancia y del tipo de piel. Por ejemplo, las pieles secas tienden a absorber más rápido los aromas, lo que hace que el perfume se desvanezca antes, mientras que las pieles grasas pueden retener los olores durante más tiempo. En lugar de aplicar más perfume, es mejor optar por perfumes con mayor concentración o aplicarlo en puntos estratégicos, como detrás de las orejas, en las muñecas y en el cuello.
MF
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