No es tan fácil distinguir la nueva Cayenne de su antecesora, pero sí hay diferencias importantes, principalmente cuando hablamos de manejo y tecnología, como pudimos percibir en la presentación a la cual la marca nos invitó en Mérida.Por fuera tienes faros, parrilla y calaveras con formas actualizadas, pero hay que estar atentos para notarlo. Por dentro las novedades son más perceptibles. Hay dos pantallas o hasta tres, dependiendo de la versión, ya que el pasajero delantero podrá contar con una y tener conexión independiente con su teléfono. Hay buen sistema de entretenimiento, con GPS, CarPlay y Android Auto inalámbricos, además de cargador rápido también inalámbrico, que en 28 minutos subió la batería de un iPhone 13 de 63% a 75 por ciento. Hay cámaras traseras, laterales y frontales, éstas particularmente útiles cuando pones uno de los cuatro modos de manejo en off-road, la suspensión sube y te atreves a salir del asfalto y ver que sus capacidades son también excelentes en la tierra, aunque nos duela rayar la carrocería con una que otra rama.Si antes el piloto se divertía manejando la Cayenne mientras los demás padecían un poco por la rigidez de la suspensión, ahora esto ha mejorado considerablemente. La nueva SUV alemana resulta cómoda en cualquiera de sus asientos que, por cierto, en la versión básica -si es que se vale ese término para un Porsche- era para cuatro personas, con una consola central en el asiento trasero.Los acabados, como siempre, impecables, pero sigue sin convencernos que la tapa de la consola delantera, también un descansa brazos, se deslice hacia adelante y atrás tan suavemente, que lo hacemos hasta cuando no queremos.ManejoEsa Cayenne que condujimos era de versión coupé y su motor un V6 turbo con 353 caballos de fuerza y 368 libras-pie. La caja es automática de ocho cambios, con embrague sencillo. Pese a no ser la PDK, resulta impresionantemente rápida y suave en sus cambios, incluso manejando en modo Sport Plus. La dirección es veloz y comunicativa, aunque sentimos algo de hesitación eventual, tal vez por la excesiva sensibilidad de las asistencias. Su precio empieza en un millón 858 mil pesos.La Cayenne S ya tiene un V8, con 474 HP, que la hace llegar de cero a 100 en cinco segundos. Ruge como debe de ser en un V8 y acelera como tal. Claro, ya hay que pagar dos millones 038 mil pesos por una, sin opcionales. También están la Cayenne “normal” que cuesta un millón 718 mil pesos y la Turbo, para la cual ya son necesarios tres millones 098 mil pesos pero ya hablamos de 659 caballos de fuerza.Todos saben de la importancia de Cayenne para Porsche. La SUV, lanzada en 2002 y ahora en su tercera generación, es la que permite que la marca germana tenga recursos suficientes como para seguir fabricando los 911 que a los entusiastas nos encanta. Sea por entusiasmo, prestigio de la marca, manejo, potencia, por la increíble tecnología de sus faros con 64 mil pixeles, o el alerón trasero que se pliega cuando llegamos a 120 km/h, casi 40% de los clientes de Porsche compran una Cayenne. Pero ahora, a partir del modelo 2024, ya no tendrán que convencer a sus esposas de sufrir algo de incomodidad a cambio de usar una.Sergio Oliveira/Mérida