A la cuarta luna llena del año, la primera después del equinoccio de primavera, se le conoce como Luna Llena Rosa, y no porque tome una tonalidad rosada, sino porque, dada la temporada, los indígenas americanos la veían brillar sobre las flores.Específicamente, el nombre es una tradición de las tribus algonquinas, nativas del actual Canadá, que la bautizaron relacionándola con la proliferación de la flox musgosa (phlox subulata), una flor de un color rosa brillante.Aunque en la actualidad la conexión con la naturaleza no es igual a la que existía cuando los algonquinos relacionaron el brillo de la luna con el de las flores, el nombre ha permanecido, y su espectacularidad también, pues a pesar de que no se trata de una superluna —la luna llena que ocurre cuando el satélite está en su punto más cercano a la Tierra—, los cielos libres de nubes hacen más fácil su observación.La Luna Llena Rosa comenzó ayer 24, de abril, y aunque esta noche también mostrará buena parte de su brillo, habrá comenzado su fase menguante.Para volver a ver la Luna Llena Rosa en todo su esplendor habrá que esperar hasta la primavera de 2025, exactamente el 11 de abril.Según las mismas tradiciones de los antiguos pueblos americanos, las lunas que nos esperan en lo que resta de 2024 son: