Una de las ventajas de nuestro tiempo, es que en todo el mundo las personas son más longevas que antes. La mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o mayor a los 60 años. Quizá creas que esta edad no es tan alentadora, pero según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 1930, la esperanza de vida se promediaba en 33.5 años.La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que, en el año 2030, una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más. Este “envejecimiento de la población” se debe entre otras cosas a los avances en el área de la salud, tanto en la prevención como en el tratamiento de las principales causas de morbilidad de los últimos 100 años.Si bien es verdad que ahora tenemos una mayor esperanza de vida, desafortunadamente hemos descuidado la calidad de vida. El Instituto Nacional de Ciencias Médicas define lo anterior como una alusión a varios niveles de la generalidad, desde el bienestar social o comunitario hasta ciertos aspectos específicos de carácter individual o grupal. Por lo tanto, la calidad de vida tiene diferentes definiciones desde el aspecto filosófico y político hasta el relacionado a la salud. En otras palabras, se trata no sólo de sobrevivir, sino de vivir con comodidad.Japón, es uno de los países con mayor longevidad, con una esperanza de vida media de 84 años. En la década de los 80 del siglo pasado, este país analizó la relación del gasto en los servicios de salud, con la esperanza de vida, llegando a la conclusión de que vale más prevenir las enfermedades que tratarlas.En las últimas décadas un común denominador a nivel mundial en lo que respecta a causas de muerte en la población se encuentran las enfermedades del corazón y la diabetes mellitus. Son enfermedades crónicas que están relacionadas con la nutrición y podrían prevenirse con una dieta adecuada. Según las últimas cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, México es un país en donde más del 70% de la población tiene problemas de sobrepeso y obesidad, que en el 90% de los casos se relaciona con una mala alimentación y el sedentarismo.A finales de 1995 y hasta noviembre de 1997, en Bélgica, en el Instituto Internacional de Ciencias de la Vida Europea, estudió y publicó el proyecto FUFOSE (Functional Food Science in Europe) el cual establece que un alimento puede ser considerado funcional si se ha demostrado de forma satisfactoria que posee un efecto beneficioso sobre una o varias funciones específicas del organismo, más allá de los efectos nutricionales habituales, siendo esto relevante para la mejora de la salud y el bienestar y/o la reducción del riesgo de enfermar.La dieta mediterránea, es el mejor ejemplo de “alimentos funcionales”, ya que sus componentes básicos son los cereales, legumbres, verduras, pescado, frutas y aceite de oliva. Los alimentos mencionados son ricos en micronutrientes tales como; fitoesteroles, omega-3, vitaminas, minerales y fibras. El consumo de esta dieta se relaciona con longevidad y una baja frecuencia de enfermedades crónicas, tal como se evidenció en el “Estudio de los Siete Países”, liderado por Ancel Keys.Como te habrás dado cuenta, Hipócrates tenía razón. La alimentación saludable es la mejor inversión para preservar tu salud y, claro, no olvides realizar ejercicio físico para complementar tu estilo de vida saludable.Con información de Hierbalife NutritionAA