Sábado, 25 de Enero 2025
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Kia K4 GT Line Turbo: Por el gusto de manejar

Sin pretensiones deportivas, el K4 turbo resulta un familiar muy agradable

Por: El Informador

El K4 turbo es un auto largo, mide 4.7 metros, lo que le da buen espacio en los asientos traseros. CORTESÍA

El K4 turbo es un auto largo, mide 4.7 metros, lo que le da buen espacio en los asientos traseros. CORTESÍA

El diseño es polarizante. Tiene buen equipo, espacio y seguridad. Pero para los que sentían que esto no era suficiente, Kia le puso un motor turbo al sedán K4, que le da ese toque de potencia que faltaba.

Cuando vemos las opciones que hay en el mercado mexicano para un sedán del tamaño del K4, es natural pensar que la versión turbo se hizo como rival del Jetta GLI o del Mazda 3 turbo. La realidad es que el auto no busca la deportividad del VW, no sólo porque su potencia no es similar, sino porque su puesta a punto se orienta más hacia la comodidad.

Comparado a esos rivales, se acerca más al Mazda, pero tampoco es tan parecido a éste. El K4 turbo es un auto largo, mide 4.7 metros. Ofrece buen espacio para piernas atrás, pero no para la cabeza, si mides más de 1.80 metros. Si le quitaran el quemacocos, ayudaría, pero el cliente promedio en México prefiere el quemacocos al espacio.

Cuenta con asistencia electrónica como frenado automático de emergencia. CORTESÍA

Tiene buena seguridad, que incluye asistencias electrónicas como frenado automático de emergencia o mantenimiento de carril. Equipo como CarPlay y Android Auto inalámbricos, asientos forrados de tela y piel -una tela algo rara, por cierto- y puertos USB-C, entre otros.

Pero lo verdaderamente distinto del K4 GT Line Turbo es, claro, el motor. Tiene cuatro cilindros, 1.6 litros, turbocargado, con 190 HP, 195 libras-pie y caja automática de convertidor de par, de ocho cambios. Esto le confiere al auto una soltura que las demás versiones no tienen. Hará que, tanto en ciudad como en carretera, el sedán coreano se sienta más ágil, rápido, incluso divertido eventualmente. La demora para que la fuerza del turbo llegue a las ruedas delanteras está bien controlada y la caja se entiende bien con la máquina.

Sin embargo, el entusiasta probablemente no se sienta tan satisfecho. La dirección sigue siendo poco comunicativa y no tan rápida. La suspensión se escucha “seca”, aunque no se sienta tanto como nuestros oídos quieren hacernos pensar.

Con el turbo el K4 pasa a ser un auto más agradable para el día a día. No te invita a llevarlo al autódromo para un “track day”, pero sí te deja con ganas de esperar el fin de semana para esa ida por autopista a Puerto Vallarta. Por cerca de 50 mil pesos más que el GT Line con motor aspirado y caja CVT (ok, Kia, IVT), pensamos que vale la pena el gasto extra.

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