Las relaciones de pareja hoy en día enfrentan una variedad de desafíos que, a menudo, pueden impactar su estabilidad y bienestar emocional. Con el rápido avance de la tecnología y los cambios sociales, las parejas se ven ante amenazas que no existían hace unos años.En este texto, analizamos cinco de los mayores riesgos que afectan a las relaciones actuales, desde el exceso de exposición en redes sociales hasta la presión de cumplir con expectativas externas.Actualmente, se entiende que las parejas se forman y permanecen unidas por el amor y un proyecto común, a diferencia de las uniones arregladas. Sin embargo, se suelen tener expectativas muy altas sobre el amor, esperando que la pareja sea "tu amor, tu cómplice, (tu mejor amigo y amante) y todo...". Este ideal inevitablemente choca con la realidad.El aumento de la igualdad de derechos y responsabilidades entre mujeres y hombres plantea varias preguntas: ¿Quién toma las decisiones? ¿Cómo se distribuyen los recursos, quién establece las prioridades y quién supervisa los gastos? ¿Quién decide sobre la crianza de los hijos, la disciplina, las relaciones familiares, y quién trabaja? Por lo general, la persona con mayor poder económico, entre otros tipos de poder, es la que lidera.Las crisis son más comunes hoy en día debido a que vivimos en un mundo globalizado, donde la revolución de la información y las comunicaciones nos expone a constantes transformaciones en el trabajo, lugar de residencia, país y entorno social. Las oportunidades de cambios personales – en cuanto a motivaciones, proyectos y valores – aumentan la probabilidad de que las crisis de pareja ocurran con mayor frecuencia, alejándose de la idea de que sucedían cada siete años, como se solía caricaturizar.Tanto hombres como mujeres en la actualidad participan en el ámbito laboral, ambos contribuyen económicamente y ambos buscan apoyo emocional. Ante esta situación, la repartición de responsabilidades en las tareas domésticas, la crianza y el sustento económico se convierte en motivo de conflicto. Los roles tradicionales de género han cambiado, y sus fronteras se han vuelto más difusas. YC