Día de desgracias, de mala suerte y de ser precavido. Aunque la mayoría de las personas no tiene o no toma en serio la superstición del viernes 13, su mala fama es un tópico extendido en la cultura popular de muchas sociedades.Su origen se encuentra en la combinación de dos elementos que por sí mismos se consideran aciagos: los días viernes y el número 13. La mala fama de los viernes parecen remontarse a la crucifixión y muerte de Jesús, y las privaciones que en su honor deben guardarse según la tradición católica. Es lógico pensar que en los tiempos en que la Iglesia tenía más peso en la psicología colectiva se fue formando un estigma de tristeza e infortunio que permeó hasta ser parte de la cultura y la costumbre.Por su parte, el número 13 también está relacionado con aspectos religiosos: 13 fueron los invitados a la última Cena, es en el capítulo 13 del libro del Apocalípsis donde aparecen la Bestia y el Anticristo, son 13 los espíritus malignos de la cábala judía, incluso también son 13 los espíritus del mal en las leyendas nórdicas.El 13, además, es el número que rompe la armonía de todas las cosas que aún en nuestros días se miden con un sistema duodecimal, como las horas del día y los meses del año, lo que puede crear la sensación de un desajuste o el fastidio de algo que "estaba bien".A la creencia se suman tragedias que, al ocurrir en viernes 13, no hicieron sino reforzar la superstición.Además, la saga de películas Viernes 13 colaboró a que la fecha se grabara más en la colectividad. De hecho, fue en la década de los ochenta, años en que los filmes fueron exhibidos, cuando esta creencia se popularizó en México y otros países hispanos, pues en nuestra tradición es más reconocido como día nefasto el martes 13, que comparte razones en cuanto al número, pero retoma el día que los antiguos griegos dedicaban a Marte, el dios de la guerra, y la creencia de que la confusión de lenguas ocurrida en la torre de Babel sucedió en martes.