Las manzanas son conocidas como una de las frutas más saludables gracias a su capacidad para fortalecer el sistema inmune, mejorar la función cerebral y proteger contra enfermedades cardiovasculares.Sin embargo, existe un detalle poco conocido que merece atención: las semillas de esta fruta, también llamadas pepitas, podrían ser perjudiciales si se consumen de manera inadecuada.Las semillas de manzana contienen una sustancia llamada amigdalina, un compuesto natural que, al ser metabolizado, se transforma en cianuro de hidrógeno (HCN), un químico potencialmente tóxico. Este riesgo surge únicamente cuando las semillas se mastican o trituran, ya que, si se consumen enteras, suelen atravesar el sistema digestivo sin liberar cianuro, lo que no representa un peligro para la salud.Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han señalado que la exposición a dosis de cianuro de entre 1 y 2 mg por kilogramo de peso corporal podría ser fatal en adultos de unos 70 kg. Afortunadamente, las cantidades de amigdalina presentes en las semillas de manzana son tan bajas que, para alcanzar niveles tóxicos, sería necesario consumir unas 150 semillas o más. Esto equivale a ingerir las semillas de al menos 18 manzanas completas, algo poco probable en condiciones normales.Aunque las semillas suelen triturarse al preparar jugos o batidos, estudios como el publicado en la revista Food Chemistry han demostrado que los niveles de amigdalina presentes en los jugos comerciales son extremadamente bajos. Por lo tanto, consumir jugos de manzana, incluso los preparados en casa, no supone un riesgo significativo de intoxicación.Además de las semillas de manzana, los expertos recomiendan evitar las de otras frutas como duraznos, cerezas y damascos, ya que también contienen compuestos similares. Aunque el riesgo de intoxicación es bajo, es una medida preventiva importante para evitar posibles problemas de salud.FS