Si tienes varios platos de comida y bebederos para tu mascota en distintos puntos de la casa, tal vez habrás notado que recurran a comer y tomar de unos más que otros. La realidad es que los expertos tienen ciertas recomendaciones respecto a dónde ubicar los comederos y bebederos de tu michito. Al igual que nosotros, los gatos prefieren comer en ambientes tranquilos y en un lugar donde estén seguros de que nadie les va a arrebatar el alimento. Por este motivo, los expertos recomiendan ubicar los platos en una habitación que casi no se use o, en su defecto, en un lugar elevado donde no transiten otras mascotas o personas. Del mismo modo, es recomendable asegurarse de que los gatos puedan estar alerta de su alrededor al momento de comer, es decir, que tengan una vista completa del panorama, para estar seguros de que pueden comer a salvo. Sabemos que, a veces, el espacio de las casas es limitado y todo queda muy cerca entre sí. Sin embargo, es importante no poner los platos de comida de los gatos a un lado del arenero, pues además de que no es muy higiénico, va en contra de sus instintos primitivos, por temas de marcaje y olor. De esta manera, lo ideal es que los comederos y areneros queden en habitaciones distintas. Si te preguntas cuál es el mejor material para los platos de tu felino, los veterinarios recomiendan que sean recipientes de acero inoxidable y cerámica. Esto porque son duraderos y fáciles de lavar. No es recomendable utilizar tazones de plástico, debido a las bacterias y otros residuos que pueden acumularse en el recipiente. Del mismo modo, es preferible no usar platos muy hondos o anchos. Otra sugerencia es evitar los comederos dobles que tienen espacio para las croquetas y el agua a la vez. Puede resultar poco práctico para nuestros amigos peludos y provocar que las croquetas caigan en el agua y ya no sea apetecible para ellos. Por lo general, los consejos de salubridad son los que hay que seguir con cualquier otro escenario de manejo de alimentos. Es recomendable lavar los comederos con agua y jabón todos los días, especialmente si has servido en ellos sobres de comida húmeda. Una vez lavados, es necesario no dejar nada de agua y secarlos completamente. Si no se secan bien, pueden crecer bacterias u hongos que afecten la salud de tu michi. Recuerda que, por higiene, no se recomienda lavar los platos de los gatos en el fregadero donde se lavan los trastes de comida humana, pues podría provocar una contaminación cruzada y proliferación de microorganismos bacterianos.CM