Existen mitos y leyendas transmitidas de generación en generación que asocian a la mariposa nocturna con la muerte y el mal agüero. Incluso en náhuatl se le llama “Mictlanpapalotl“, es decir, la mariposa de la muerte. Sin embargo, el significado de este tipo de mariposas va más allá de estas creencias, pues su presencia es muy importante para mantener la salud de los ecosistemas.De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA), son insectos voladores que se agrupan taxonómicamente en el orden de los Lepidópteros, igual que las mariposas diurnas, pero se diferencian entre sí porque las nocturnas presentan dos pares de alas membranosas cubiertas de colores oscuros, marrones, ocres y grises; al estar descansando sus alas están extendidas, suelen ser de mayor tamaño, presentan antenas con forma de plumas y su mecanismo de vuelo es distinto al de las mariposas diurnas.La SEMAR comparte, que es una especie de amplia distribución por toda América. Popularmente este tipo de mariposas tienen muchos nombres como: Bruja negra, Gran polilla negra, Mariposa Bruja, Mariposa de la muerte, Polilla Bruja, Ratón viejo, Tandacuchi; e incluso en regiones del este de México, en zonas mayas, la llaman Xmahan nah. Aunque su nombre científico es Ascalapha odorata.A pesar de los mitos en torno a ellas, son muy importantes polinizadoras, brindando con ello servicios ecosistémicos esenciales, son bioindicadoras de salud de los bosques y ecosistemas.La disminución en sus poblaciones puede decirnos que alguna planta, flor o algún fruto está teniendo alguna alteración o incluso su ausencia en el ecosistema, pueden indicar deforestación y modificación en las fuentes de agua, así como el uso de pesticidas tóxicos, señala la publicación de la Secretaría. *Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp aquí: https://whatsapp.com/channel/0029VaAf9Pu9hXF1EJ561i03 MV