En el corazón de Quebec se encuentra un tesoro gastronómico y cultural que todo viajero debería experimentar al menos una vez en la vida: las Cabañas de Azúcar.Estos pintorescos refugios rústicos, envueltos en la tradición del jarabe de arce, son mucho más que lugares para disfrutar de una deliciosa comida; son auténticos santuarios donde la historia se entrelaza con el sabor y la alegría de la temporada de la primavera.El inicio de las cabañas de azúcar se remonta a los primeros colonos europeos en Canadá, quienes aprendieron de los pueblos indígenas la técnica ancestral de extraer la savia de los árboles de arce para producir el exquisito jarabe de arce. Con el tiempo, esta práctica evolucionó, dando lugar a las encantadoras cabañas de azúcar que salpican el paisaje de Quebec en la época primaveral.Imagina los días soleados de primavera, donde la nieve comienza a derretirse y el aire se impregna con el dulce aroma del jarabe de arce. En estas cabañas, se espera una experiencia gastronómica única, donde cada plato está impregnado con la dulzura natural del maple. Desde la clásica sopa de chícharos con jamón hasta los chicharrones crujientes y los huevos revueltos, cada bocado es un homenaje al sabor auténtico de Quebec.Pero las cabañas de azúcar ofrecen mucho más que solo comida. Son centros de entretenimiento y diversión, donde la música tradicional anima el ambiente y los paseos en tractor o en pony invitan a explorar los pintorescos alrededores. Incluso se puede disfrutar de un paseo en trineo tirado por caballos, sumergiéndose completamente en la magia de la temporada. Con información de Bonjour Quebec. MR