Cuáles son los tipos de depresión conocidos

A menudo, las personas experimentan episodios de tristeza que parecen surgir de la nada y desaparecen con el tiempo. Sin embargo, cuando esa sensación persiste y se acompaña de otros síntomas, puede tratarse de una condición clínica más seria. Este tipo de trastorno no solo afecta el estado de ánimo, sino que también interfiere con actividades cotidianas como dormir, comer, trabajar o relacionarse con los demás, llegando en algunos casos a ser incapacitante.

Aunque es común referirse como "depresión" a la sensación de estar triste o desanimado, este problema de salud mental abarca mucho más. Se trata de un trastorno complejo que puede presentarse en cualquier persona, por lo que es importante prestar atención a la frecuencia, los factores que la desencadenan y cómo se manejan estos sentimientos.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, la depresión se diagnostica con mayor frecuencia en mujeres que en hombres, aunque esto podría atribuirse a que los hombres tienden a buscar menos ayuda ante emociones negativas. Además, el NIH resalta que las tasas de depresión son más altas en personas de la comunidad LGBT+, lo que pone de manifiesto la importancia de considerar factores sociales y culturales para abordar este trastorno.

En algunos casos, la depresión puede ser un problema derivado de enfermedades graves como el cáncer, la diabetes, problemas cardiacos, o el dolor crónico. Sea cual sea la situación, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia en la calidad de vida. La depresión es tratable, y atenderla no solo alivia el sufrimiento emocional, sino que también mejora la salud general.

Los tipos de depresión

La depresión es un trastorno complejo que puede afectar a las personas de diferentes maneras. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) de Estados Unidos, existen varios tipos de depresión frecuentes y otros específicos, cada uno con características propias que es importante conocer. Entre los más comunes se encuentran:

• Depresión mayor: Un tipo de depresión severa que se extiende por al menos dos semanas, interfiriendo significativamente en las actividades diarias.  
• Trastorno depresivo persistente (distimia): Aunque menos intenso que la depresión mayor, puede durar mucho más tiempo, afectando la calidad de vida a largo plazo.

Además, hay otros tipos de depresión que surgen en circunstancias particulares o en ciertos momentos de la vida, como:  

• Trastorno afectivo estacional: Aparece o desaparece según las estaciones del año, iniciando con frecuencia en otoño y mejorando en primavera o verano.  
• Depresión con síntomas de psicosis: Incluye la presencia de delirios o alucinaciones junto con síntomas depresivos.  
• Trastorno bipolar: Caracterizado por episodios de depresión combinados con periodos maníacos o cambios extremos de ánimo.

Además, en el caso de las mujeres, algunos tipos de depresión están vinculados a cambios hormonales, tales como:  

• Trastorno disfórico premenstrual: Una versión severa del síndrome premenstrual que ocurre en las semanas previas al inicio del ciclo menstrual.  
• Depresión perinatal: Puede manifestarse durante el embarazo o después del parto, afectando la conexión emocional y el bienestar general.  
• Depresión perimenopáusica: Suele presentarse durante la transición a la menopausia, influyendo en el equilibrio emocional.

Los síntomas de la depresión

Aunque comúnmente se asocia con la tristeza, la depresión puede incluir una amplia variedad de síntomas. Según el NIH, algunos de los más comunes son:  

• Sentimientos persistentes de ansiedad, vacío, desesperanza o inutilidad.  
• Irritabilidad, frustración o intranquilidad.  
• Pérdida de interés o placer en actividades antes disfrutadas.  
• Fatiga constante o sensación de lentitud.  
• Dificultades para concentrarse, recordar o tomar decisiones.  
• Alteraciones en el sueño, como insomnio o dormir en exceso.  
• Cambios en el apetito o peso no planificados.  
• Dolores físicos inexplicables, como dolores de cabeza o problemas digestivos.  
• Pensamientos de suicidio o autolesión.

Además, pueden presentarse otros cambios en el comportamiento o el estado de ánimo, tales como:  

• Aislamiento social, retraimiento o negatividad.  
• Mayor tendencia a la impulsividad o participación en actividades de alto riesgo.  
• Consumo excesivo de alcohol o drogas.  
• Problemas en el deseo o rendimiento sexual.  
• Dificultades para cumplir con responsabilidades diarias.

Cuándo buscar ayuda

No todas las personas con depresión experimentan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Sin embargo, lo que tienen en común es el impacto en el día a día, ya que pueden llevar a sentimientos de angustia, por ejemplo.

Si percibes alguno de estos síntomas o los reconoces y crees que está afectándote, o notas que un ser querido está enfrentando estas dificultades, no dudes en buscar apoyo profesional. Consultar a un especialista en salud mental puede marcar una gran diferencia en el camino hacia la recuperación.  

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