El sentido común relaciona a las vitaminas más con la ganancia de masa muscular y el incremento de energía que con su uso para perder peso, pero no debemos dejar de lado el clásico consejo de la alimentación saludable y la importancia del correcto funcionamiento del organismo y su metabolismo para todos los propósitos que impliquen un cambio en él, un campo donde los componentes vitamínicos tienen mucho qué decir.Es importante aclarar que las vitaminas son un recurso del cual se pude echar mano para el propósito de adelgazar, pero que de ninguna manera harán el trabajo por sí solas. Es necesario una dieta adecuada y el ejercicio que incida especialmente en las zonas donde se deposita la grasa; de las vitaminas es su papel en el metabolismo lo que puede aprovecharse.Las vitaminas del grupo B son donde debemos poner el foco, pues ayudan a metabolizar los carbohidratos, las proteínas y las grasas, por lo que su ingesta hace a nuestros cuerpos más efectivos para procesar estos compuestos que, de no utilizarse, terminan notándose como sobrepeso.Las personas con deficiencias de vitamina B12, por ejemplo, tienden a acumular grasa y colesterol, según lo descrito por los estudios "Niveles bajos de vitamina B12 y metabolismo de los lípidos: evidencia de estudios clínicos y preclínicos", publicado en Nutrients, y "La deficiencia grave pero no moderada de vitamina B12 altera el perfil lipídico, induce adiposidad y conduce a un resultado gestacional adverso en ratones hembra C57BL/6", de Frontiers.org.Por su parte, la vitamina B1 (tiamina) es importante porque ayuda a convertir los carbohidratos en energía. Su consumo hace más efectivo el ejercicio ejecutado con el propósito de perder peso.Este grupo de vitaminas se encuentra en alimentos como los lácteos, la carne, los huevos, los cereales integrales y las lentejas. Usarlos para preparar comidas saludables es dar pasos largos en el camino a la pérdida de peso.