Cocinar pasta es una habilidad básica en la cocina, pero incluso en esta tarea simple, hay debates sobre la mejor técnica. Uno de los puntos más controvertidos es si realmente vale la pena añadir aceite y sal al agua de cocción.Aunque esta costumbre se ha pasado de generación en generación, la ciencia y los expertos culinarios ofrecen perspectivas que podrían sorprender.Muchos cocineros caseros añaden aceite al agua en la que se va a cocer la pasta con la idea de evitar que se pegue. Sin embargo, la ciencia muestra que esta práctica no es tan efectiva como se cree.Cuando el aceite se vierte en el agua, tiende a flotar en la superficie debido a su menor densidad y no se mezcla bien con el agua ni con la pasta que está cocinándose en el fondo de la olla.Por lo tanto, el aceite no llega a cubrir la pasta de manera uniforme y no impide que se pegue. Además, puede tener un efecto no deseado: una vez que se escurre la pasta, la fina capa de aceite que queda puede dificultar que las salsas se adhieran correctamente, afectando el sabor final del plato.Añadir sal al agua antes de cocinar la pasta es una práctica que sí tiene un respaldo sólido, tanto en términos científicos como culinarios.La sal en el agua no solo añade sabor a la pasta mientras se cocina, sino que también eleva ligeramente el punto de ebullición del agua, aunque la diferencia es mínima. Lo importante es que, al agregar sal, la pasta adquiere un sabor más robusto, mejorando el resultado final del plato.La cantidad de sal recomendada suele ser una cucharada por cada 4-6 litros de agua, lo suficiente para realzar el sabor sin que resulte demasiado salado.La clave para evitar que la pasta se pegue no está en añadir aceite, sino en usar una cantidad adecuada de agua, según el experto Niko Romito, chef italiano que tiene tres estrella Michelin. Para cada 100 gramos de pasta, se recomienda utilizar al menos un litro de agua.Esto permite que la pasta tenga suficiente espacio para moverse y evitar que el almidón liberado durante la cocción haga que se pegue. Además, es crucial remover la pasta durante los primeros minutos de cocción, cuando es más propensa a pegarse, lo que también ayuda a evitar que se adhiera.Muchos chefs desaconsejan el uso de aceite en el agua de cocción, ya que creen que afecta negativamente la calidad del plato final. Según ellos, el aceite crea una capa resbaladiza que impide que las salsas se adhieran adecuadamente a la pasta, disminuyendo así la intensidad de los sabores.En cambio, insisten en que es más importante controlar el tiempo de cocción, remover la pasta con regularidad y asegurarse de que el agua esté en plena ebullición antes de añadir la pasta.Para lograr una pasta perfecta, es mejor seguir los consejos respaldados por la experiencia y la ciencia. Usa una cantidad generosa de agua, añade sal al gusto, evita el aceite en el agua de cocción, y remueve la pasta regularmente para evitar que se pegue.Al seguir estos simples pasos, asegurarás una cocción ideal y un plato sabroso que hará honor a la tradición italiana, sin sacrificar la calidad o el sabor. YC