El fast fashion, o moda rápida, es un concepto que se ha popularizado bastante en los últimos años, pero no por una buena razón. Se trata de un fenómeno que consiste en la producción masiva de ropa a bajo costo, con el objetivo de cambiar de tendencias en el mercado con mayor frecuencia. Instaurar nuevas modas y desechar de manera rápida colecciones indumentarias, genera una demanda más grande por parte de los consumidores. Del mismo modo, la ropa suele ser de baja calidad, por lo que rápidamente tiene que ser reemplazada por nuevas piezas. La industria textil es una de las más contaminantes del mundo. El fenómeno de la moda rápida ocasiona un deterioro considerable en el medio ambiente, pues para producir y teñir la ropa se necesitan demasiados recursos naturales. Del mismo modo, el desecho tan rápido de la ropa genera una gran cantidad de desperdicios que contaminan el entorno. Por desgracia, estas no son las únicas desventajas de estas producciones masivas. Se han conocido muchos casos de explotación laboral de mujeres y niños, los cuales suelen trabajar en condiciones indignas para las maquiladoras de ropa. Frente a la preocupación de implementar un consumo de ropa más sostenible, han surgido conceptos como el “upcycling”, el cual consiste en reutilizar ropa vieja para darle una nueva vida, adaptándolas como prendas originales o diferentes a lo que fueron en un principio. De esta manera, se le da uso a tejidos que ya estaban olvidados y al mismo tiempo, se innovan estilos en el guardarropa. El “upcycling” es un proceso creativo mediante el cual puedes desarrollar nuevos conceptos, tendencias y expresar tu personalidad de una manera más responsable. Algunas de las recomendaciones generales para vestir de manera sustentable es reducir el consumo excesivo de prendas, así como adquirirlas en lugares de segunda mano o hacer trueques con amigos y familiares. Sin embargo, también existen ideas para renovar la ropa de manera fácil, y con elementos que ya están en casa. Algunas de ellas son: CM
