La aparición reciente de la subvariante de ómicron llamada BA.2 está rodeada de más preguntas que respuestas, pues a pesar que ya representa más del 50% de los casos activos de COVID-19 en Estados Unidos, todavía continúan estudiando sus propiedades para conocer los efectos que podría causar en la población.En estudios preliminares con las personas que ya se han contagiado revelan algunos detalles de esta nueva subvariante.Sí. Un informe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido, publicado el pasado jueves 27 de enero, indica que la efectividad de las vacunas aumenta y alcanza el 70 por ciento para la variante BA.2 de ómicron y 63% para la cepa original.En Estados Unidos la incidencia por ómicron ya registra un descenso, pero la subvariante BA.2, también conocida como la "variante furtiva" o "sigilosa", va en aumento de casos porque es más difícil de diagnosticar. Es por ello que se ha considerado que es tan contagiosa como su versión original. Sin embargo, aún no está claro sí generaría riesgos adicionales a los vistos durante esta última ola o si la Organización Mundial de la Salud va a considerarla como "variante preocupante".Según el Statens Serum Institute, en Dinamarca, otra de las regiones en las que BA.2 se ha convertido en la variante dominante, esta forma del coronavirus "no parece ser motivo de alarma adicional por ahora".El personal sanitario de este centro médico destacó que pese a que es muy contagiosa, no genera una infección grave y, además, no escapa a la respuesta inmune de las vacunas, por lo que los biológicos siguen siendo efectivos y no tienen por qué modificarse."Lo que sabemos sobre BA.2 es que es bastante contagiosa, parece que no produce una enfermedad más grave y que nuestras vacunas actuales seguirán brindando protección contra la enfermedad grave y la hospitalización", dijo William Schaffner, especialista de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos.Hasta la fecha se cree que la BA.2 produce los mismos síntomas generados por ómicron como son fiebre, tos, fatiga extrema, taquicardia, dolor de cabeza, garganta, y muscular, y en algunos casos, náuseas, vómito o diarrea.Las recomendaciones más recientes, en torno a la subvariante, son mantenerse alerta de los síntomas que podrían manifestarse y aislarse, de forma inmediata, de presentar uno o más, ya que BA.2 carece del gen "S", a través del cual las pruebas PCR rastrean la presencia del SARS-CoV-2 en el cuerpo humano. Por lo que podrían producirse falsos negativos y, por ende, propiciar brotes en las áreas donde nos desarrollamos; la casa, escuela o trabajo.La OMS clasificó a la subvariante como de interés (VOI) y no de preocupación (VOC), como es el caso de su contemporánea (ómicron), pero esto no quiere decir que BA.2 no suponga ningún peligro, sino que no hay indicios suficientes aún que argumenten lo contrario, por lo que al cabo de unas semanas podrá definirse su comportamiento."Las investigaciones sobre las características de BA.2, incluidas las propiedades de escape inmunológico y la virulencia, deben priorizarse de forma independiente (y comparativa) a BA. 1.", instó el organismo sanitario.