Ómicron, la cepa de COVID-19 que ya abarca el 90% de los contagios en el mundo tiene también una subvariante: la BA.2.A la ómicron BA.2 se le considera una variante sigilosa, ya que además de ser muy contagiosa puede evadir los métodos de detección convencionales. Es decir, esta versión no tiene un gen llamado 'S', el cual puede detectarse en una prueba PCR."La variante ómicron viene en dos sabores o subvariantes. El sabor BA.1 que predomina, pero que está siendo superado en algunas partes por el sabor BA.2 que se transmite con más facilidad aún. Por fortuna la infección de uno deja inmunidad contra el otro", señaló Alejandro Macías, infectólogo y ex zar de la influenza.Esa nueva variante ya está presente en más de 40 países y ha encendido las alertas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).Los científicos todavía no saben a bien si puede evitar la inmunidad de las vacunas o si causa una enfermedad más grave.La versión BA.2 es genéticamente distinta a la versión original de ómicron conocida como BA.1. Probablemente los especialistas en salud le den próximamente su propio nombre con otra letra del abecedario griego si se la llegara a considerar una “variante de preocupación”.La variante, también llamada 'furtiva', se habría detectado tras un incremento alto de casos en Reino Unido a finales de 2021.Hasta ahora se han detectado más de cinco mil casos de esta mutación de ómicron en todo el mundo según los datos de la iniciativa GISAID.Algunos de los síntomas de la ómicron sigilosa son: fatiga extrema, tos, fiebre, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolor muscular y ritmo cardíaco acelerado, aunque también se han presentado casos asintomáticos.
