La primera vez que conviví por mucho tiempo con una pickup fue hace cerca de 20 años, justo en una prueba de largo plazo con Ford, que entonces me prestó una Lobo FX-4 de cabina sencilla. Esa Lobo me hizo entender por qué hay gente que usa las camionetas de carga como vehículos de uso personal. La extrañé cuando tuve que regresarla. Pero eso pasó porque en ese entonces, no había en el mercado nada como la Maverick.Y aquí es donde entra al tema de pickup de uso personal. Una Lobo, para traerla en ciudad, no es cómoda. Con 5.88 metros, estacionarse, cambiar de carril o maniobrar en algunas calles toma más tiempo, cuidado y estrés. Con una Ranger esto mejora, por supuesto, pero sus 5.36 metros no son precisamente dimensiones de un compacto. Y no es que los 5.07 de la Maverick lo sean, pero esos 28 centímetros menos ayudan y mucho.Como también ayuda la comodidad de la suspensión, incluso en esta versión que probamos, la Tremor, que tiene una suspensión más alta y neumáticos de uso mixto, para dentro y fuera del asfalto.El confort interior es también muy bueno, incluso en la segunda fila aunque, claro, los más altos, con más de 1.80 metros, sentirán falta de un poco más de espacio para las piernas. Pero el respaldo no es recto como en otras y la base se puede plegar hacia arriba, revelando un compartimiento oculto para pequeños objetos.La Maverick no es un producto exactamente hecho para los fanáticos de las pickups, más bien es para los que disfrutamos la versatilidad que puede ofrecer, pero no queremos la rigidez de la suspensión, ni la altura que te hace escalar para entrar y saltar un poco para salir. También disfrutamos que se conduzca como un coche, que sea rápida, estable y silenciosa. La Maverick es una SUV con batea. Una Bronco Sport con caja de carga, pero mejor calidad de marcha.El parentesco con la Bronco Sport también la hace muy capaz fuera del asfalto. Claro, hablando de esta Tremor, con su tracción integral y sus siete modos de manejo.El equipo es bueno, al igual que los acabados, aunque ninguno de ellos es sobresaliente como la calidad de su construcción. Los trabajadores de la planta de Ford en Hermosillo realmente se merecen todos los aplausos, porque hace mucho, realmente mucho tiempo que no conducíamos un vehículo que no tiene ni un sólo ruido interior. Absolutamente nada. Es impresionante.El motor de cuatro cilindros, turbo, con 250 HP, hace buena mancuerna con la caja automática de ocho velocidades y la suspensión independiente en ambos ejes, garantiza el confort y la estabilidad.Si algo pudiéramos pedir sería que el CarPlay y Android Auto fueran inalámbricos, que pusieran algunas asistencias electrónicas a la conducción, principalmente al frenado automático de emergencia y que el consumo, que durante estos seis meses que la condujimos osciló en 5.1 y 6 kilómetros por litro, fuera más contenido en el tráfico urbano. Pero para eso está la híbrida, que tendremos como substituta de ésta por los siguientes seis meses y pronto la estaremos describiendo aquí también. CT