El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un conjunto de condiciones neurológicas que afectan la forma en que las personas interactúan, comunican y procesan la información. Dentro de este espectro, existen diversas variantes que incluyen el síndrome de Asperger, el autismo de alto funcionamiento y el autismo clásico. A pesar de que ambos, el Asperger y el autismo, se encuentran dentro del mismo espectro, hay diferencias clave en la forma en que se presentan y afectan a las personas.El síndrome de Asperger es una forma de autismo de alto funcionamiento, lo que significa que las personas diagnosticadas con Asperger suelen tener una inteligencia dentro del rango promedio o superior. Aunque se caracteriza por dificultades en la interacción social y patrones repetitivos de comportamiento, no se presentan retrasos en el desarrollo del lenguaje. De hecho, las personas con Asperger suelen desarrollar habilidades lingüísticas de manera normal, aunque pueden enfrentar dificultades para comprender el lenguaje figurado, las sutilezas del discurso y las normas sociales.Una de las características distintivas del síndrome de Asperger es que no hay retrasos significativos en el desarrollo del lenguaje. Los niños con Asperger suelen comenzar a hablar a una edad normal y sus habilidades lingüísticas tienden a ser más avanzadas que las de otros niños con autismo. Sin embargo, aunque el lenguaje verbal puede desarrollarse de manera adecuada, las personas con Asperger pueden tener dificultades para entender los matices del lenguaje, como el sarcasmo, los chistes o los dobles sentidos.Aunque el síndrome de Asperger no está asociado con retrasos en el desarrollo cognitivo, las personas con Asperger pueden tener un perfil cognitivo peculiar. Son capaces de aprender de manera efectiva, y algunos pueden tener habilidades excepcionales en áreas específicas, como las matemáticas, la música o la memoria. Sin embargo, también pueden tener dificultades para organizar sus pensamientos, adaptarse a cambios inesperados o comprender conceptos abstractos. Las personas con Asperger suelen tener dificultades para comprender las normas sociales, como las señales no verbales, las normas de conversación o la dinámica de las relaciones interpersonales. A pesar de ello, suelen tener un fuerte deseo de interactuar con los demás, aunque pueden no saber cómo hacerlo de manera adecuada. Pueden parecer socialmente torpes o inapropiados, pero no carecen de empatía; más bien, pueden encontrar difícil interpretar las emociones y los sentimientos de los demás, lo que dificulta la interacción social.Aunque las personas con Asperger pueden exhibir comportamientos repetitivos o intereses intensos y restringidos, estos tienden a ser menos disruptivos que los observados en el autismo clásico. Los intereses específicos pueden ser muy profundos, como una fascinación por un tema en particular (por ejemplo, trenes, historia, matemáticas), pero no suelen interferir significativamente con la vida diaria. Estos intereses pueden convertirse en una fuente de destreza o incluso de carrera profesional más adelante en la vida.Aunque las personas con Asperger pueden enfrentar desafíos significativos en las interacciones sociales y en la adaptación a las normas sociales, la mayoría tiene un funcionamiento relativamente alto. Pueden ser independientes en muchas áreas de la vida y tener un buen nivel educativo o profesional. Sin embargo, el apoyo social, psicológico y educativo sigue siendo importante para ayudar a la persona a desarrollar sus habilidades sociales y emocionales.BB