El aceite de oliva es reconocido como uno de los elementos clave de la dieta mediterránea, famoso por sus beneficios para la salud, como la mejora de la digestión, el cuidado del corazón y sus propiedades antioxidantes. Sin embargo, en los últimos años se ha popularizado la práctica de consumir una cucharada de aceite de oliva en ayunas, bajo la creencia de que potencia aún más sus beneficios. Aunque esta práctica puede aportar ciertos efectos positivos, también conlleva riesgos que debes considerar antes de incorporarla a tu rutina diaria.Antes de abordar los riesgos, es importante mencionar los supuestos beneficios que suelen promover quienes recomiendan este hábito:Aunque estos beneficios son respaldados por estudios científicos, se obtienen principalmente a través de un consumo moderado dentro de una dieta equilibrada, no necesariamente tomándolo en ayunas.A pesar de los posibles beneficios, ingerir una cucharada de aceite de oliva en ayunas puede tener efectos secundarios, especialmente si no se tiene en cuenta el estado de salud individual:La clave está en la moderación y en conocer tu cuerpo. Si decides probar este hábito, empieza con una pequeña cantidad y observa cómo reacciona tu organismo. Es importante recordar que el consumo de aceite de oliva debe ser parte de una dieta balanceada y no un sustituto de otros hábitos saludables.Si tienes condiciones médicas preexistentes o dudas sobre los posibles efectos, consulta a un médico o nutricionista antes de incluir esta práctica en tu rutina.Aunque el aceite de oliva es un alimento saludable con múltiples beneficios, tomarlo en ayunas no es un hábito imprescindible y podría tener riesgos para ciertas personas. Como en cualquier aspecto de la alimentación, lo más importante es la personalización, la moderación y el equilibrio.BB