Desde su estreno en 1999, la telenovela colombiana "Yo soy Betty, la fea" se ha consolidado como una de las más exitosas de toda la historia. Ganó el Récord Guinness a la "telenovela más exitosa de todos los tiempos" en 2010, ha sido doblada a 25 idiomas y cuenta con casi 30 adaptaciones alrededor del mundo.Desde su llegada a Netflix México el 11 de octubre de 2019, se ha mantenido en el Top 10 del contenido más visto en la plataforma, lo que ha generado infinidad de memes en redes sociales y debates sobre si la serie merece figurar entre las más vistas de Latinoamérica. Incluso las cuentas oficiales de Netflix Latinoamérica en distintas plataformas como Facebook o Instagram bromean con la popular de la telenovela protagonizada por Ana María Orozco y Jorge Enrique Abello.Una de las explicaciones más objetivas del por qué "Yo soy Betty, la fea" se posiciona entre lo más visto en Netflix es su duración. Al contar con 335 episodios, el espectador que decida ver la historia de Beatriz Pinzón Solano de principio a fin pasará más tiempo en pantalla que alguien que vea una serie original de Netflix, por ejemplo, que regularmente cuenta con 10 episodios. Sin contar las casi 30 adaptaciones que existen actualmente de "Yo soy Betty, la fea", una historia con una protagonista que no cumple con los estándares de belleza convencionales no es tema nuevo.Sin embargo, hace más de 20 años que se estrenó la telenovela, optar por una protagonista "fea" fue una apuesta arriesgada que hizo dudar a los mismos creadores de la serie. Además, presentar al protagonista masculino -Don Armando- como un hombre mujeriego y "patán" que dista mucho del clásico "galán de telenovela", hizo que "Yo soy Betty, la fea" fuera una historia con personajes reales con los que la audiencia se pudiera sentir identificada. Incluso los supuestos villanos de la serie cuentan con un lado humano, que ha dividido a los fanáticos de la serie en un debate sobre quién es el verdadero villano de la historia.Existen infinidad de series y películas donde la protagonista (casi siempre, mujer) realiza un cambio de imagen que deja sorprendida a la audiencia. "She's All That" o "El diario de la princesa" son algunos ejemplos. ¿El común denominador? Deshacerse de los lentes. En la versión original de "Yo soy Betty, la fea", Beatriz Pinzón atraviesa un cambio de look más discreto, fiel a su estilo y sin abadonar sus lentes ni sus brackets. Un mensaje esperanzador que convence a la audiencia de que el verdadero cambio surge del amor propio.Los espectadores más jóvenes de "Yo soy Betty, la fea" pueden no sentirse identificados con varios aspectos de la telenovela. Si hace más de dos décadas que se rodó la novela hubieran existido los celulares con cámara, o plataformas como Uber o Whatsapp, algunas problemáticas de la telenovela se hubieran resuelto con mayor facilidad.Sin embargo, existen frases y chistes de "Yo soy Betty, la fea" que han trascendido en el tiempo y actualmente protagonizan infinidad de memes en redes sociales.La versión mexicana de "Yo soy Betty, la fea" titulada "La fea más bella" se transmitió en nuestro país en 2006 y fue quizás la primera versión que conocieron muchos mexicanos.Ésta ha sido una de las telenovelas mexicanas más vistas de la historia, y se trata -por lo menos en sus primeros episodios- en prácticamente una recreación de la versión original. Sin embargo, la mayoría de los televidentes consideran a la versión colombiana superior en infinidad de aspectos, por lo que su llegada a Netflix fue una excelente oportunidad para darse a conocer a un público más jóven en toda Latinoamérica. MR