La noche del pasado 22 de agosto, la alcaldía Xochimilco fue testigo de cómo habitantes del pueblo de San Luis Tlaxiatemalco intentaron linchar a un sacerdote.“¡Fuera, fuera!”, “¡Que se vaya!”, eran una de las cosas que vitoreaban los pobladores mientras el religioso era escoltado por decenas de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y de la Guardia Nacional para evitar que resultara agredido por una masa de gente en descontento.Estos hechos en los que los vecinos molestos de San Luis Tlaxiatemalco ocurrieron cerca de la iglesia de San Luis Obispo de Tolosa, de la cual el párroco fue culpado de presuntas irregularidades financieras de la parroquia, así como de cancelar de último momento la feria del pueblo que se celebra año con año.Las imágenes de los hechos se han viralizado gracias a videos difundidos que fueron rápidamente difundidos en redes sociales, los cuales retratan a decenas de personas enojadas que lograr entrar a empujones a la sacristía de la iglesia, exigiendo enérgicamente que el sacerdote saliera y se fuera de ahí.El tumulto tomó más fuerza luego de que se hicieran resonar las campanas de la iglesia, con la cual llamaron al resto de los vecinos del pueblo.Por su parte, el alcalde de Xochimilco, José Carlos Acosto, llegó hasta el lugar de los hechos para intentar calmar los ánimos de una multitud enfurecida, pero poco pudo hacer al respecto.“Conformemos alguna comisión, si no, no vamos a avanzar en nada (…) que ustedes determinen”, les dijo de tal manera para intentar persuadirlo, pero la gente reaccionó: “No, no, no. ¡La solución es que se vaya!”, respondieron enérgicos y molestos, quizá más que antes.El morenista Carlos Acosto reiteró: “Tranquilos, el asunto no es que se vaya o se quede, sino encontrar una solución… tenemos que sentarnos a dialogar”, continuó, pero la gente volvía a interrumpirlo:En otro de los videos que se viralizaron se muestra cómo, minutos después, el sacerdote sale caminando junto al alcalde Acosta, pero escoltado de por lo menos unos 30 policías con sus escudos y cascos de protección. Al paso de la multitud que protestaba, todavía se escuchaban los gritos para ambos: “¡Pinche rata, por traidor!”, “Vas a querer tu voto wey!” y hasta “¡Crucifíquenlo!”.