La seguridad en el poblado de Windsor se reforzó antes de la boda del príncipe Enrique y la actriz estadunidense Meghan Markle, con unos 30 mil efectivos policiacos desplegados.El despliegue es notorio en ese poblado de unos 210 mil habitantes, que ha tenido que adoptar medidas como exigir una identificación personal a quienes residen en la calle por la que pasará el carruaje de los novios. Policía montada, soldados y efectivos policiales participarán en el operativo para resguardar la seguridad de los recién casados, en Windsor, poblado localizado 38 kilómetros al oeste de Londres.La pareja eligió el Castillo de Windsor para celebrar su enlace matrimonial, al que asistirán 800 invitados. Sin embargo, decidieron no invitar a jefes de Estado y de gobierno, y ni siquiera la primera ministra Theresa May fue requerida.El enlace ha sido calificado por la prensa británica como “la boda del pueblo” debido a que los prometidos decidieron invitar a mil 200 personas del público a las áreas comunes del Castillo de Windsor.Por lo pronto, Markle le pidió a su futuro suegro, el príncipe Carlos, que le ofreciera su codo como apoyo, tomando el lugar del padre de Markle, quien enfermó recientemente, significó que los arreglos estuvieron casi completos para la boda real del sábado.La madre de Markle, Doria Ragland, voló a Inglaterra desde su casa en California esta semana y el viernes tomó el té con la reina en el castillo de Windsor. Fue su primer encuentro con la jefa de Estado que formará parte de su familia política.