En la recta final de la Feria Internacional del Libro, el ambiente portugués va al alza y la soprano Teresa Salgueiro se sumó a las muestras culturales que Portugal, el País Invitado de Honor del encuentro literario, ha presumido con orgullo en diversas facetas artísticas.Fue en el Conjunto de Artes Escénicas (CAE) donde Salgueiro hizo gala del sentimiento portugués al recordar por qué lideró a una de las agrupaciones más importantes de habla hispana, Madredeus, con la que durante dos décadas marcó un estilo artesanal y contemporáneo con su peculiar voz.Teresa Salgueiro, elegante en su desenvolvimiento sobre el escenario y acompañada por un cuarteto de músicos en cuerdas, percusiones y acordeón, fue precisa en su interacción con el público tapatío al explicar la emoción de llegar nuevamente a México, después de haberse presentado años atrás en el Festival Cervantino.Su repertorio, enfocado en su carrera como solista desde el lanzamiento de su álbum “Obrigado”, hizo un peculiar recorrido por las líricas poéticas que recuerdan por mucho la nostalgia portuguesa hasta llegar a su más reciente producción de estudio “0 Horizonte”, en el que reafirma su vocación también como compositora autodidacta.“Son temas que representan figuras que son fundamentales, a lo largo de mi vida construyo paisajes sonoros que traducen de una forma muy profunda lo que es el portugués, por eso me gusta tanto ser portuguesa, hemos preparado arreglos de música que hacen parte de la memoria. El horizonte simboliza el sueño, nos invita a caminar y en este camino encontramos todo lo que nos cambia, enfrentamos nuestros dolores”, explicó Teresa Salgueiro al saludar tras sus primeras canciones como “Horizonte”, “Por este rio acima”, “Ěxodo”, “Barco negro”, “Maresia”, “As brumas do futuro”, entre otras.Temas como “Canción Mixteca” y “Fallaste corazón” resultaron una sorpresa para los tapatíos que encontraron en la voz de Salgueiro una fusión cultural entre las cuerdas portuguesas y el folclor mexicano.Evoca a SaramagoTeresa Salgueiro recordó a José Saramago, paisano suyo ganador del Premio Nobel de Literatura (1998), de quien dijo ha sido vértice en la inspiración de los creativos portugueses, por lo que dedicó parte de su velada a musicalizar el poema “Alegría”, del también autor de “Ensayo sobre la ceguera”.