En tiempos de coronavirus, servicios de "table dance" también se transforman en México.Susan Vázquez y otras dos compañeras entran sonrientes a la habitación que un cliente preparó. Forman parte de una compañía mexicana que ha trasladado los bailes eróticos a los hogares para ejecutar los movimientos sensuales con distancia segura durante la pandemia de COVID-19.Susan se dedica desde hace cinco años a estos bailes, ha estado en televisión y bailado con múltiples artistas, y desde hace dos años forma parte, como jefa de equipo, de la empresa Mi último beso, que ofrece servicios de "table dance" a domicilio por la cuarentena.En entrevista, cuenta: "Realmente no es una actividad esencial, pero somos un entretenimiento artístico y toda la gente nos ha buscado para festejar ocasiones. La gente busca algo de diversión, un momento de paz, porque han estado mucho tiempo encerrados".Junto a su equipo, Susan crea coreografías adaptadas al momento. En esta ocasión, cuando se acerca el Día de Muertos, tienen un show especial protagonizada por una catrina que lleva un espectacular sombrero y está rodeada de bailarines que mantienen la llamada sana distancia.Desde su inicio hace ocho años, Mi último beso se propuso la tarea de salvaguardar la seguridad de los clientes. Tras el cierre económico de marzo, abril y mayo por el nuevo coronavirus, Valente Estrada, director de la empresa, vio necesario implementar un protocolo sanitario.Así, al llegar al domicilio, se mide la temperatura a los bailarines y se muestra al cliente. A continuación se hace lo mismo con el anfitrión o anfitriones y se procede a desinfectar el área donde se realizará la actuación.Es entonces cuando ya puede empezar el espectáculo: contoneos, música alta, diversión y erotismo, pero todo con cubrebocas y la distancia requerida."La gente sigue teniendo temor y mied,o pero el espectáculo para todos nosotros es una necesidad. Como llevamos ya años trabajando, tenemos clientes de muchos años y de mucha confianza (...) El show tiene que continuar, tiene que seguir... Esto es parte de nosotros desde tiempos que muchos ni nos acordamos y aquí seguiremos", dice Estrada.Es el caso de Ricardo Jacobo Arias, un cliente habitual desde hace tres años que en esta ocasión disfruta de ver bailar a las tres chicas."Es un show artístico creo que hay más ahora la necesidad de tener el show en nuestra casa como cualquier otro servicio, porque al final de cuentas es estar encerrado y estar tanto tiempo sin contacto humano. Esto nos gusta y sabemos que es sano. Así como hay espectáculos para niños también hay espectáculos para adultos, es un rato de entretenimiento", relata Arias.Junto a otros dos amigos, este cliente admira el erotismo del baile de las mujeres, que dicen disfrutar de su trabajo y sentirse seguras frente al COVID-19, que acumula más de 880 mil contagios y 88 mil muertos en el país.En todo momento las bailarinas están acompañadas por dos hombres de seguridad de la empresa para prevenir que no haya ningún problema con los clientes, en un país que sufre un crisis de violencia machista, con el asesinato de 10 mujeres cada día."Los clientes suelen ser conocidos. Se cubren por estar en su casa y por eso nos gusta, porque están seguros y también nos cuidan por parte de la agencia", dice Vázquez. IM