En 1961, la diva del Cine de Oro mexicano, Silvia Pinal, se convirtió en contrabandista de cine: aprovechó que todo mundo le pedía autógrafos en el aeropuerto de la Ciudad de México, para pasar, como equipaje, copias ilegales de la película Viridiana (1961).Por esa producción, la cual fue dirigida por el director español Luis Buñuel y actuada con un leproso real, la actriz había sido amenazada de ser excomulgada por parte del Vaticano. El gobierno español mandó a retirar todo rastro del cortometraje por considerar que atentaba contra el catolicismo.Un par de países más también siguieron el ejemplo de España, pues les cerraron las puertas tanto a Pinal como a Buñuel, siendo México un territorio de riesgo.No obstante, Silvia tuvo una excelente idea para rescatar una copia de Viridiana, y cuando se encontraba cruzando la aduana mexicana y se le preguntó qué llevaba en sus pertenencias, respondió: "Películas personales caseras", salvando el trabajo hecho por Buñuel y todo su equipo.Viridiana (1961) fue una película que ese mismo año triunfó en Cannes y narra la historia de una joven monja a punto de tomar sus votos.Esta fue la primera de tres colaboraciones de Silvia Pinal y Luis Buñuel, quien hoy cumple su 39 aniversario luctuoso.El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1965), tres años después, completaron la trilogía de la pareja creativa más poderosa e influyente de la época.La originaria de Guaymas contó en su autobiografía Esta soy yo (2015) que "Hablar de Viridiana es hablar de muchas cosas significativas, sin las cuales mi vida no sería la misma, la película que más satisfacciones me ha dado”.La relación profesional de Silvia Pinal con el director de Los olvidados (1950) se dio luego de que su entonces esposo, el también productor de cine, Gustavo Alatriste (1922-2006) le preguntara qué quería como reconocimiento a todo lo que le había ayudado."¡Trabajar con Buñuel!", contestó Silvia sin dudar.Fue así como entonces buscaron concretar una cita con el mítico director, quien tras la reunión pidió 75 mil pesos de pago. Y también fue así como Alatriste, un empresario que a partir de ahí entraría al cine, le extendió un cheque por 150 mil pesos.La historia de Viridiana se escribió en la casa de Silvia Pinal. Luis Buñuel tenía obsesión por un pequeño cuadro que había visto en el Museo del Chopo en la Ciudad de México, en donde había una religiosa tierna rezando frente a una corona de espinas. Luego de ese avistamiento, y tras imaginar varias cosas, dio forma al guion.El premio en Cannes al León de Oro presagiaba cosas buenas y un buen recibimiento internacional para el cortometraje, pero el Vaticano presionó e Italia canceló estreno.Por su parte, Francisco Franco, dictador español, iracundo mandó requisar todas las copias y en México, efectivamente, las salas no la querían exhibir por lo dicho desde Europa.Silvia le pidió a Luis Miguel Dominguín, padre del cantante Miguel Bosé, que le guardara una copia y éste decidió enterrarla. Cuando comenzó a exhibirla de manera privada, el gobierno franquista se enteró y mandó por ellas.Silvia Pinal era también productora y su dinero invertido tambaleó, pero en lo que se calmaban la situación, comenzó con Buñuel el rodaje de El ángel exterminador (1962), en la que se prohibió a todo mundo lavarse la cabeza por semanas, para darle credibilidad al personaje.Fue hasta el año de 1977 que Viridiana se estrenó en España y en algunas salas de México gracias a las copias que Silvia logró introducir de incógnito al país.