Si hablamos de animación en Jalisco, el nombre de Sergio Valdivia destaca; el egresado de la Universidad del Valle de Atemajac (UNIVA) en la carrera de Animación y Arte Digital comparte en entrevista con EL INFORMADOR que “Estaba seguro de que iba a estudiar algo vinculado con el arte y la animación”, pero fue ya en la escuela cuando notó que “había un nicho bastante significativo” en esa área profesional, “sobre todo en stop motion, que es en lo que me especialicé”.Actualmente está involucrado en la más reciente producción de Guillermo del Toro y Netflix, “Pinocho” (2022), y reconoce su deuda formativa para con directores de animación como Luis Téllez o Rita Basulto, con quienes está colaborando actualmente en este proyecto. Además, comparte que hay interés de parte de la producción de “Pinocho” que está en Portland “de continuar con mi participación en la película allá”. Experiencia y formaciónEn palabras de Valdivia, ha tenido “la suerte” de pasar los últimos cuatro años “trabajando en diferentes producciones como animador, lo que me ha permitido especializarme. Es algo anómalo, porque cada proyecto es complicado de llevar a cabo y ha sido una unión de circunstancias afortunadas para mí, las que han permitido mi especialización (y la de otros) en distintas producciones, como ‘Inzomnia’ (2018), un largometraje de Luis Téllez, o en ‘La casa de la memoria’ (2019), un corto de Sofía Rosales; de ahí pasé con Juan José Medina y Rita Basulto”.Tras esa nutrida experiencia, refiere el animador, pasó a formar parte de un equipo relacionado con “Pinocho”, “un ascenso rapidísimo que, en buena medida, mi generación debe a nuestros maestros, que condensaron un aprendizaje de 20 años por parte de quienes se formaron con Rigo Mora”.El stop motion es únicoPor sus atributos, Valdivia está convencido que “el stop motion es una técnica que por sus atributos y cualidades plásticas resulta muy atractiva para el público; su cualidad táctil remite a mundos imaginarios que no pueden relacionarse con el cine de actores o el de marionetas. Es algo totalmente único y diferente”.Los primeros pasos formativos del joven artista se dieron en el arte escultórico, lo mismo que sus primeras responsabilidades en proyectos de animación: “Eso me atrajo desde el inicio, esa cualidad tridimensional de este medio algo que, si bien posee la animación en 2D o 3D, es de manera virtual. Tratar con objetos y materiales reales le da al stop motion cierta magia y toque que otros soportes no me brindan”.Agrega que “por sus características multidisciplinarias, el stop motion requiere de la fotografía, la construcción de marionetas (que implica manejo de materiales), la animación, los props y los escenarios (más en el ámbito de las artes plásticas). Son muchas disciplinas y siempre debe ser un equipo donde todos aportan parte de su conocimiento el que se requiere para realizar una producción de este tipo”.Pinocho y hacia adelanteAlgunos profesionales con los que Valdivia había trabajado estaban vinculados al proyecto “Pinocho” desde hacía tiempo, “y como venía yo con buen ritmo en trabajos de animación, me contactó Luis Téllez y, tras una prueba de animación, entré a formar parte del equipo en la producción. Esto, reconozco, se debe un poco a que el mundo del stop motion en la ciudad es pequeño y se sabe bien en qué se ha especializado cada quién”.Con todo, Valdivia no deja de reconocer que “la apuesta por la animación de Guadalajara puede considerarse algo ‘heroico’, porque los presupuestos son complicados y afectan las producciones nacionales. Que lleguen proyectos extranjeros a apostar por talento local, permite que podamos pensar en otras posibilidades a futuro en cuanto a producción”.Es cierto que, por sus características, “los proyectos de stop motion tienen un proceso de realización muy largo”, asegura el animador, “mi idea es dedicarme a proyectos de stop motion de todo tipo, viajar. Ahora mismo existe la posibilidad de trabajar en el extranjero. Sigo en eso…”, finaliza.