El cine latinoamericano retrata la realidad de nuestros países: las desigualdades sociales, las injusticias, las ciudades como un mundo de ilusiones y desesperanzas, pero también los amores, las juventudes en flor, la felicidad sin límites.Diversos autores y cineastas han llevado a la gran pantalla los mismos escenarios, en todos los contextos posibles, pero vividos por las personas LGBT+ y las batallas que tienen que enfrentar a diario en Latinoamérica. Este clásico del cine mexicano, filmado por Arturo Ripstein a finales de la década de los 70, ocasionó controversia en la sociedad mexicana por su temática. Tiene como protagonista a "La Manuela" -interpretada por Roberto Covo-, una travesti que regenta un prostíbulo. Las cosas comienzan a cambiar para ella cuando es asediada por "Pancho" -interpretado por Gonzalo Vega-, cuyas intenciones mostrarán con desenlaces fatídicos el deseo frustrado y la homofobia. La película es famosa por mostrar el primer beso homosexual en el cine mexicano, y está basada en la novela del mismo nombre del chileno José Donoso. Esta película brasileña, que obtuvo varios premios internacionales, cuenta la historia de "Leonardo", un adolescente ciego que nunca ha conocido el amor. Su juventud da un giro inesperado cuando llega a la escuela "Gabriel", el alumno nuevo, con quien empieza a entablar una amistad contradictoria. La película, retratada desde la perspectiva del muchacho invidente, plasma de modo muy eficaz la ya famosa frase de Antoine de Saint-Exupéry: "“solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.Basada en la novela del chileno Pedro Lemebel, "Tengo miedo torero" cuenta la historia de "la Loca del Frente", una travesti ya entrada en años cuya vida da un giro drástico al conocer a "Carlos", un joven militar con quien comienza a entablar una amistad con propósitos inciertos. Mientras "la Loca del Frente" empieza a enamorarse sin remedio de Carlos, éste en realidad tiene como propósito participar en un atentado para asesinar a Augusto Pinochet en el medio en la dictadura chilena de la década de los 80. Esta película argentina, basada en la famosa novela de Ricardo Piglia, cuenta la historia de dos criminales a los que conocen como "los mellizos" que son amantes, violentos y sanguinarios, -interpretados por Eduardo Noriega y Leonardo Sbaraglia- y sus intentos frustrados por cometer un atraco millonario en un banco de Buenos Aires. Esta película mexicana narra la odisea que debe atravesar un lingüista que desea rescatar una lengua indígena antes de que ésta quede en el olvido. El problema radica en que sólo quedan dos hablantes de la misma, los cuales no se hablan entre sí, y están distanciados desde hace más de 50 años por cuestiones en su juventud que abarcan el amor, el miedo, lo imposible. Esta película brasileña, basada en la novela del argentino Manuel Puig, cuenta las horas y los días largos que viven dos reos dentro de las cuatro paredes de una celda: Molina, un homosexual y Valentín, un preso político por la dictadura. Molina, imaginativo, le cuenta historias a Valentín -lo que convierte a la película en muchas películas dentro de una- con el propósito de ganarse su confianza y que éste le revele los planes de su grupo guerrillero. Pronto se verá en una encrucijada cuando Molina se enamore de Valentín. Basada en la novela del colombiano Fernando Vallejo, esta película cuenta el amor fatídico entre Fernando, un escritor homosexual, desencantado, y un adolescente narcotraficante. Como telón de fondo tenemos la ciudad de Medellín, más violenta que nunca, la juventud desolada por el crimen organizado, y la devoción a la virgen y a los símbolos religiosos, a quienes los jóvenes se encomiendan a punta de pistola. Es una película lenta, de días marcados por la canícula, como el verano que retrata. Fernando llega a una casa en el medio del campo argentino, donde convivirá con diversos hombres que hablan a diario sobre sus ilusiones fallidas, sus romances imposibles, su sexualidad. En medio de este panorama cargado de sensualidad donde se ve forzado a ocultarse y reprimirse a sí mismo, Fernando vivirá el deseo, la duda y el miedo de desconocer si sus sentimientos por un compañero son correspondidos. David es un comunista universitario en la La Habana, que apoya sin cuestionamientos el régimen de Castro. Diego, por su parte, es un artista homosexual acosado por la homofobia de la dictadura. Aunque entre ambos hay diferencias abismales, vivirán un romance que cambiará sus vidas y que terminará en la melancolía de lo que pudo haber sido. Joaquín, un adinerado joven peruano, reprimido por las estándares de la alta sociedad de la Lima de su época, comenzará un viaje de autodescubrimiento hasta que la vida lo lleve a la adultez y lo obligue a decidir qué es lo que quiere de sí mismo. Su camino estará plagado de homofobia, de dudas, de erotismo. FS