Erradicar la violencia en cualquiera de sus manifestaciones y detonar espacios laborales seguros en la industria cinematográfica mexicana, es la propuesta con la llega “Iniciativa Artemisa”, proyecto impulsado por mujeres trabajadoras de este campo, quienes exponen tres cláusulas de inicio para atender y reaccionar ante situaciones de violencia sexual y de género, discriminación y manejo de intimidad. Durante la penúltima jornada de actividades del Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), las productoras Karina Blanco, Irma Deschamps y Aldonza Contreras, compartieron los ejes de acción de Artemisa, que busca ser una herramienta con respaldo legal para que estas cláusulas puedan integrarse siempre en los contratos laborales de las producciones y tener la capacidad de terminar la relación laboral con el agresor cuando existan conductas inadecuadas.“Lo buscamos en el marco legal -la iniciativa- porque queremos que deje de ser un discurso y se vuelva una acción. Que tanto productores, productoras, empleados y prestadores de servicios puedan entrar y tener su cláusula, y con el contrato firmado, si lo estás rompiendo te puedo correr, puedo accionar y así generar un mejor espacio de trabajo donde nos desempeñemos en lo profesional, creativo y artístico”, detalló la productora Karina Blanco. A través de la web www.iniciativa-artemisa.org el proyecto despliega los enfoques y características de estas cláusulas que protegen a todos los integrantes de un proyecto, especialmente para brindar apoyo a mujeres y personas que son violentadas física y psicológicamente.“Estas cláusulas pretenden proteger a todas aquellas personas que sean vulnerables de sufrir acoso, violencia, discriminación en los ambientes laborales, no importa su sexo, identidad de género o tu orientación sexual”, explicó Aldonza Contreras. El colectivo derivado de otras iniciativas como “Civilas”, recalcó que las cláusulas fueron elaboradas por mujeres del gremio audiovisual y con la asesoría legal de la abogada Paulina Villegas. Las productoras explicaron que el temor a represalias es una de las principales razones por las que en muchas ocasiones las mujeres o personas violentadas no denuncian la situación que experimentan, por lo que al integrarse estas cláusulas en los contratos de los proyectos o casas productoras se brinda un ambiente laboral que garantiza reaccionar ante cualquier circunstancia agresiva.