Dedos moviéndose a alta velocidad recorriendo lo largo y ancho del mástil, rasgueando las cuerdas a diestra y siniestra. Dos guitarras y un bajo ofreciendo un surco de emociones mientras en redoble seco de la batería amortiguaba y hace mover con desdén las cabezas de los presentes. Es Polyphia en Guadalajara.Su música no es digerible, mucho menos radiable. Guitarras y ganchos melódicos van desde el metal progresivo, hasta el Djent, pasando por la electrónica, el post-metal y el art rock aunado al hecho de ser completamente instrumentales marca distancia de que su música sea pegajosa.Su sonido apela al virtuosismo. Invoca a una guitarra que por momentos, y guardando todas las proporciones que usted quiera, a la lira de Yngwie Malmsteen y su frenética manera de hacer suyo el instrumento. Timothy Henson y Scott LePage son los encargados de hacer 'gritar' sus guitarras, prácticamente en toda su presentación no levantan la vista, se concentran en cada una de las notas y disfrutan cada una de las armonías que emanan, su cara los delatan. El 'setlist' de la noche abre con 'Euphoria' y 'Icronic', con un Clay Gober que se encarga del bajo y que figura como el 'frotman', del evento, en donde las únicas palabras entona son en referencia a su amor por la mota. El público le ovaciona.'Lit' y 'Champagne' le siguieron entre luces moradas, rojas y blancas en un C3 Rooftop que por primera vez hizo gala de vastas luces en el escenario.Al paso de poco más de una hora el cuarteto de texas se bajó del entarimado ante de la sorpresa de más de uno. "¿Ya terminó? ¡No la chin%$!" explayó cierto asistente sabiendo que los discos de estudio que tienen (Muse, 2014; Renaissance, 2016 y dos ep's Inspire, 2013; The Most Hated, 2017) dan para un concierto aún más prolongado. En fin, será para una próxima ocasión.
