La película independiente “Nunca seremos parte”, escrita y dirigida por Amelia Eloisa, donde la mayoría de sus escenas se rodaron en Jalisco, es uno de los varios proyectos que tuvieron que parar sus actividades a causa de la emergencia sanitaria derivada del coronavirus.La cineasta cuenta en entrevista que dentro de lo malo hay que ver lo positivo, y afortunadamente para ella y su equipo de trabajo —alrededor de 30 personas— solo les quedó por rodar una escena a realizarse en Zacatecas que, dependiendo de cómo avance el tema de la pandemia, esperan concluir esa toma pendiente, o encontrar alguna otra solución.“(La producción) empieza en el 2018 de manera formal con un guion ya terminado, de mi autoría. Y al planear este tipo de cosas, lo que no puedes controlar es lo que está pasando ahora con el COVID-19. Cuando estábamos definiendo la preproducción, desconocíamos que esto podía llegar a pasar y ahorita de alguna manera nos sentimos afortunados porque pudimos grabar la mayor parte de la película, solo nos queda esta escena pendiente, pero que estamos seguros que podremos grabar cuando las cosas se normalicen, al contrario de varias compañeras y compañeros, quienes tuvieron que detener lo que estaban haciendo. Ahorita hay un aire de incertidumbre porque no se sabe qué va a pasar con el país y los fondos que ofrece el gobierno federal”.Amelia Eloisa anota que persistirán. La casa productora del filme es HopperCat, la coproducción recae en Peznocturno y el fotógrafo es Diego Caballero. “Nunca seremos parte” también se rodó en Nayarit en lugares como en Sayulita y Punta Mita, todo lo demás fue dentro de Jalisco, como Chapala, por ejemplo.“El proyecto es de corte independiente, (es decir), que las personas que participamos en esta película nos motiva contar esta historia más allá de recibir un fondo, un apoyo o una beca de gobierno. Nos organizamos para poder llevar a cabo esta cinta, que es un proceso muy complejo, porque si no cuentas con un fondo privado, o con algún tipo de apoyo, tienes que ir tocando puertas para juntar a las personas y motivando a los actores, las locaciones y todo lo que se necesita para levantar la producción”.Trama de actualidadLa directora señala que para la participación de quienes se involucraron, “lo que los hizo dar el sí fue la temática del filme. “La película nos cuenta la historia de ‘Emi’ (Adriana Palafox), una chica de 17 años que vive en una familia homoparental y de alguna manera recibe bullying porque no es aceptada en su comunidad debido a esta situación. Entonces, en un punto se harta y se quiere ir a vivir con su padre, termina mudándose a Guadalajara, en donde además de conocerlo, también empieza a explorar más acerca de su vida y así entenderá lo que es pertenecerse a ella misma”.En la cinta también participa la primera actriz Verónica Langer, así como Magnolia, Xésar Tena, Karina Hurtado, Andrea Portal y Cynthia Bordes. “La película toca temas que tienen que ver con las nuevas familias, con la juventud y la rebeldía, al género de estas películas se les conoce como ‘coming-of-age’ o paso del rito de la adolescencia a la adultez”.Sobre la escena pendiente que tiene que ver con la secuencia final de la película. “Dramáticamente es muy importante, pero no requiere la presencia de muchas personas (de producción) porque se graba de manera íntima. La escena para uno de los personajes implica empezar un viaje metafórico para desaparecer en el desierto. Entonces, es una cuestión de retrato emocional de este mundo complejo interior que lo lleva a tomar esa decisión”. Fueron 20 días de rodaje de momento, tenían que ser 22, porque trasladarse Zacatecas les implicaría horas de traslados, más la filmación de la escena.Sobre otras afectaciones que han tenido derivado de la contingencia, señala la directora que eso tendrá que ver más con las convocatorias en donde puedan exhibir su película.“El hecho de que se cancelen festivales de cine o eventos importantes para hacer networking es una situación delicada, porque por ejemplo, en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), tú puedes ir y conocer y hacer contactos con personajes de la industria y si no hay este tipo de eventos, pues no se generan esas conexiones. Nosotros ahora estamos en fase de postproducción y aquí lo que vamos a hacer es editar la película, hacer la corrección de color y terminar de grabar algunas de las canciones de la cinta”.Subraya que otro punto que los afecta es no generar ingresos para solventar lo pendiente. “Muchos trabajamos en cosas afines, como la publicidad y otro tipo de producciones y el no poder salir limita la posibilidad de los ingresos que podemos hacer, así que no solo se pospone el proceso de nuestra película, también otros proyecto que sí son remunerados”.Suma de esfuerzosEn cuanto a las pérdidas económicas, explica la directora que más bien los inconvenientes se traducen en tiempo perdido, puesto que como “Nunca seremos parte” es un película independiente, pues se vuelve una proyecto colaborativo que avanza a través de aportaciones en especie y de talento. “Yo y mi socio, Diego Caballero, tenemos la agencia HopperCat y de alguna manera, por medio de ella teníamos definido hacer el proyecto, y en colaboración con la casa productora Peznocturno, ellos se asocian para poder usar su equipo para filmar. Afortunadamente con ellos hay un acuerdo por escrito y formal donde el equipo se aportó como inversión que ellos hacen, así que cuando nosotros podamos volver a grabar, ellos reagendan ese tiempo que necesitamos para llevarnos las cosas y no hay problema”.Con el talento también tuvieron suerte de rodar antes de la contingencia y así no hacer gastos extra en hospedaje y traslados. “Entonces, si le tenemos que poner un valor al proyecto, es mucho más grande incluso de lo que se ha aportado en efectivo hasta el momento”. JL