Esta semana llega a las salas de Cinemex de todo el país el largometraje documental “Niña sola” del realizador mexicano Javier Ávila, una película que conmueve las fibras al abordar el contexto de la violencia, el feminicidio y la revictimización.La cinta presenta a Arcelia y a Bertha, madre y hermana, respectivamente, de Cintia Patricia Calderón Verduzco, una joven que fue asesinada cuando tenía 19 años. Tras su tragedia, ambas mujeres exploran sus propias vidas, marcadas por relaciones de pareja abusivas.En 2016 se registraron cinco feminicidios en Tijuana, uno de ellos fue el de Cintia -ocurrió el 15 de septiembre-; de su caso se habló poco, a raíz de un artículo publicado en un diario local, fue que Javier se interesó en la historia para hablar de la violencia contra la mujer, pero al adentrarse en la vida de Arcelia y sus hijas, el material ha adquirido otra perspectiva, pues después de su jornada en salas y de saber cuál será el siguiente paso del documental, Javier está interesado en que el material se difunda en preparatorias y universidades.La película ha esperado mucho para ser vista por más personas, y ahora que llega a la cartelera, espera Javier que toque el corazón de los espectadores: “Teníamos pensando distribuir la película a finales del 2020, se retrasó un montón por la pandemia, pero afortunadamente ya la vamos a poder exhibir, estoy expectante y emocionado de la respuesta. Arcelia necesita que esto se mueva y que más gente se entere acerca de lo que le pasó a Cintia, esperamos que la película conecte”, comparte Javier en entrevista para EL INFORMADOR.Expresa que ante la violencia y la ideología machista que sigue permeando en la sociedad, este documental ayude a plantar una semilla para que las personas comiencen a cuestionarse de lleno sobre cómo se relacionan: “Necesitamos ser más empáticos y creo que la puerta para eso es empezar a escuchar, creo que no lo hacemos, solamente queremos que nos escuchen y cuando decimos que escuchamos es solamente para saber qué contestar, hay que entendernos mejor y ponerle un alto a la violencia en general”.Sobre qué sentimientos y emociones particularmente le han surgido a nivel personal y como creador el adentrarse a la historia de vida de Arcelia y sus hijas, Javier responde: “Ha sido complejo, pero también de mucho aprendizaje. Es el primer documental que hago y traté de hacerlo lo más libremente posible, no intentando seguir ningún tipo de regla o de mandamiento, sino basarme meramente en la convivencia humana, en lo que estaba sintiendo al momento de estar ahí, me refiero en la casa de Arcelia, un lugar donde ocurre un hecho así es impresionante… lo que te hace sentir la atmósfera del lugar”.También constató la nobleza de Arcelia, “es una buena persona con buenas intenciones y que desafortunadamente no ha sido respetada ni valorada con las personas con las que se ha relacionado. Entonces, todo esto ha sido un gran cuestionamiento hacia a mí y hacía cómo me comporto yo, cuáles son mis responsabilidades a la hora de relacionarme con las personas.Además, el enfrentarse a algo tan duro y seguir adelante es otra gran lección, el enfrentarnos a estos niveles de violencia y de humanidad, pero no caernos, saber cómo encararlos e intentar transformarlos para salir de ahí, ha sido un gran proceso de crecimiento y aprendizaje”.En cuando a desarrollar la narrativa de la película, explica Javier que representó tres líneas, una por personaje y a partir de ciertos eventos es que se conectan, “hay pasado y hay presente, honestamente no había un guion, la película se fue construyendo mientras se filmaba, y luego cuando comenzamos a editar, se construyó de nuevo la película. Entonces, fue un proceso muy libre y de querer alejarnos de cómo la teníamos que hacer”.¿Qué ha pasado con Arcelia y Bertha?A partir del desarrollo de esta película, comparte Javier que Arcelia se enfocó en reconstruir su casa, “en la película se ve una parte de eso. Su interés era preservar el lugar en el que ella y Cintia compartían, no quiso venderla, porque todos le recomendaban que lo hiciera, pero ella vio esto de otra forma, como un tributo hacia Cintia. Y Bertha se convenció de las ideas que su hermana le contaba, había terminado solamente la secundaria, cuando estábamos filmando estaba en el proceso de terminar la preparatoria y ahora ya estudia la universidad, está en sus planes lo que Cintia, le decía, el superarse y tratar de tener un futuro mejor”.Señala el director que a pesar de que el feminicidio de Cintia les va a doler el resto de sus vidas, Arcelia y Bertha no se quedan estancadas y buscan salir adelante.Javier Ávila comparte que ya está trabajando en la salida de su segundo documental que llevará por nombre “Zona Norte” y que abordará el contexto de las personas en situación de calle. “De hecho recibió un apoyo para la postproducción por parte del IMCINE, y es sobre una comunidad de personas que viven en situación de calle en la colonia Zona Norte de Tijuana. Es nuestra intención este año inscribirlo en festivales para ver si queda en alguno y ver si le podemos conseguir distribución en México”.Tras el asesinato de Cintia, de 19 años, su madre y su hermana mayor comienzan a explorar sus propias vidas, marcadas por relaciones de pareja abusivas. Ambas tratan de encontrar una explicación al crimen y un nuevo sentido a sus vidas.MQ