Tener un plan B siempre es una opción para Manolo Caro. El creador de “La casa de las flores” sabe que los personajes no son eternos y habrá un momento en el que tengan que “desaparecer del mapa”, sin importar que se encuentren en la cúspide del éxito.La segunda temporada de “La casa de las flores” llega a Netflix hoy, 18 de octubre, y le da un giro a la trama que se popularizó desde su debut en agosto de 2018, y aunque la matriarca de la florería más famosa de México, “Virginia de la Mora”, ya no estará (ante la negativa de Verónica Castro de continuar con el proyecto), Manolo Caro siempre tiene un “as bajo la manga” para el futuro de todos sus personajes.“Uno siempre tiene ases bajo la manga, vas platicando con el elenco y conoces los intereses de cada actor, ahí te das cuenta hacía dónde deben ir los personajes. Con Verónica Castro fue algo más sencillo de lo que parece, desde un principio me dijo que quería solamente una temporada, yo lo tenía muy claro, pero obviamente el éxito internacional de la serie nos llegó de sorpresa e intenté hacerle a su personaje una segunda parte, pero nos dimos cuenta que no era lo óptimo y decidimos dejarlo. La serie es muy noble, habla de la familia, de las relaciones humanas y de ahí tenemos mucha tela de donde cortar”.Si bien el legado de “Virginia de la Mora” se plasma en los nuevos episodios -siendo clave en el drama venidero de la familia-, Manolo decidió enterrar, literalmente, lo pasado haciendo uso de su ingenio para fortalecer a unos personajes y dar un segundo aire a otros que fueron efímeros y sobretodo, dar la bienvenida a nuevos protagonistas que pondrán de cabeza el futuro de “La casa de las flores”.“Los personajes cambian, deben evolucionar. Los hermanos ‘De la Mora’ se enfrentan a un momento de crisis ante la pérdida de su madre. Cuando alguien pasa por el duelo se acomoda de una forma u otra en la familia y ‘Paulina’ (Cecilia Suárez) ahora tiene que hacerse cargo de sus hermanos, se da cuenta que el amor siempre está”.Paso a paso, “La casa de las flores” revelará el pilar dramático de su nueva temporada y para ello Caro recurre a una de sus musas: Mariana Treviño, quien pondrá sobre la mesa la persuasión que logran las sectas en México y de paso, dará más foco a personajes como “El cacas” -de la primera temporada-, y otros que causaron revuelo en las redes sociales.“Mariana tiene a uno de mis personajes favoritos, ‘Jenny Quetzal’, líder de una secta que es hilarante, divertida y traerá muchas sorpresas a la familia, revolucionará lo que los hermanos ‘De la Mora’ esperaban (…) también hay que escuchar lo que público pide y ‘El cacas’ es un personaje que tocó mucho y la gente quiere ver”.Manolo señala que “La casa de las flores” es uno de los proyectos más poderosos que ha creado, y aunque la plataforma de Netflix con la que comparte la producción ha sido clave para llegar al público internacional, las redes sociales figuran como un termómetro inmediato, que más allá de las reseñas y buenas críticas, se han encargado de consagrar a personajes como “Paulina de la Mora” y “El cacas”, desde una visión divertida.“Cuando estás creando y desarrollando los personajes nunca te das cuenta o ves el impacto que tendrá, eso te lo da la distancia. Al principio era muy abrumador, pero me llegaban muchos tuits en otros idiomas y países hablando de esto. ‘La casa de las flores’ ha tenido la oportunidad de viajar, de llegar a otros públicos y ahora con la segunda temporada parece que el tiempo no ha pasado, la gente sigue interesada”.La libertad que ofrece Netflix de disfrutar contenido a cualquier hora y desde cualquier lugar o dispositivo, es una dinámica que agradece Manolo Caro, quien reconoce que desde la perspectiva del público es una maravilla no estar condicionado a un horario; sin embargo, desde su visión como creador, la presión por crear nuevas propuestas se incrementa.“Yo tenía ese rigor de llegar a mi casa y ver algo en la comodidad de mi cuarto. Ahora puedo estar fuera de México, en un tren u otro transporte, y con tomar mi computadora o teléfono puedo ver cualquier capítulo. La dinámica del entretenimiento nos ha sorprendido a todos, hay que ser parte de esa evolución, pero sí es algo muy rudo, a veces no te das cuenta del ritmo de lo que estamos viviendo y lo rápido que algo se vuelve obsoleto”.La amistad entre Manolo Caro y el bailarín tapatío, Isaac Hernández, es cada vez más fuerte, y aunque el director también nacido en Guadalajara en 1985 mantiene en misterio la producción que alista junto a Hernández, ambos avanzan en la nueva historia que mostrará una faceta distinta del bailarín, que se sumergirá a un drama situado en la época del franquismo español.“Es un proyecto que me tiene también en España, estamos muy contentos. Isaac es un talento único, un amigo al que le tengo toda mi confianza y agradecimiento desde que arrancó esta aventura conmigo”.
