Viernes, 22 de Noviembre 2024

¿Listo para maratonear con “Chernobyl”?

Hoy regresa a la pantalla chica la serie de HBO sobre el mayor accidente nuclear en la historia

Por: El Informador

Escena de la serie “Chernobyl”. Al centro y de pie aparece Stellan Skarsgard. ESPECIAL/HBO

Escena de la serie “Chernobyl”. Al centro y de pie aparece Stellan Skarsgard. ESPECIAL/HBO

Hoy, el canal HBO Signature emitirá los cinco episodios de la miniserie “Chernobyl”, la cual cuenta la historia del mayor accidente nuclear en el mundo. La miniserie está protagonizada por Jared Harris, Stellan Skarsgard y Emily Watson. Antes de ver la serie, haz un repaso por lo que ocurrió el 26 de abril de 1986.

“Incluso sobreviví a la radiación”, dice en una canción el músico de origen ucraniano Eugene Hütz, quien era un adolescente aquel sábado 26 de abril de 1986. Él, como miles de personas, vio su vida trastocada tras el inesperado accidente en la central nuclear soviética. En total fueron 270 mil desplazados en el periodo posterior al desastre, que convirtió el lugar en una ciudad fantasma. Decenios más tarde, datos del gobierno ucraniano estiman que hay cerca de 2.4 millones de ciudadanos con problemas de salud relacionados a la catástrofe, en las regiones aledañas a Prípiat, Chernóbil, y que no fueron evacuadas en su totalidad. Aunque según el balance de la Organización Mundial de la Salud, la estimación debe de ser más reservada, con el cálculo de 4 mil muertes relacionadas directamente al suceso.

El accidente en la Central Eléctrica Nuclear Vladímir Ilich Lenin es uno de los grandes parteaguas en la energía nuclear, como lo fue su uso bélico por parte de Estados Unidos en 1945 o el más reciente accidente de grandes magnitudes, el 2011 en Fukushima (Japón).

Los accidentes en Chernóbil y Fukushima son los únicos eventos nucleares que alcanzan el nivel 7 (el máximo) en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares, al considerarse graves y de magnitudes mayores a las localidades circundantes. A diferencia de Japón, donde el accidente comenzó con un terremoto de magnitud 9.0, las causas del accidente en Ucrania nunca fueron del todo esclarecidas. La versión más aceptada es la que achaca la explosión en el reactor número 4 de la planta a la etapa de pruebas que se realizaron en el área desde el viernes previo.

A raíz de las pruebas que se realizaban, fue a las 1:23 de la madrugada cuando se sobrecalentó el núcleo, lo que provocó una reacción en cadena. Primero las barras de control (destinadas a la absorción de energía) no aguantaron y empezaron a resquebrajarse, lo que paulatinamente generó la elevación de energía generada en el reactor, al grado de producir cerca de diez veces más de su capacidad normal, según la última lectura registrada: 30,000 megavatios. 

Fue entonces cuando sobrevino la explosión que voló la tapa de la sección (de más de una tonelada) y mandó a la atmósfera una nube de químicos tóxicos que se diseminó en el cielo de Europa. La radioactividad llegó en diferentes medidas a trece países del continente: primero a Ucrania y después a los países fronterizos de Rusia, Bielorrusia y Moldavia, además de Eslovenia, Bulgaria, Finlandia, Noruega, Suecia, Austria, Suiza, Italia y Grecia.

La contaminación en dichos países tuvo distintos niveles, más tendiente a los del Norte (Chernóbil se ubica al Norte de Ucrania). La toxicidad que llegó por los cielos hubiera sido mucho mayor de no ser por la rápida reacción de los posteriormente llamados “liquidadores”. Los primeros en entrar fueron los bomberos militares adjuntos a la planta, cuya labor evitó que el incendio llegara a alguno de los otros tres reactores en la planta. En su momento, la Central Eléctrica Nuclear Vladímir Ilich Lenin era la de mayor tamaño en la Unión Soviética, la única con cuatro reactores (sólo había 13 en 1986). En total fueron unos 600 mil liquidadores, entre bomberos, científicos, militares y obreros capacitados en el manejo de material nuclear que redujeron las consecuencias del accidente.

Cabe señalar que, pese a que la radioactividad continúa en la zona decenios después del 26 de abril de 1986, en 2011 las autoridades ucranianas abrieron la llamada zona de exclusión, los 30 kilómetros a la redonda de la planta. Esto provocó que la curiosidad de muchos deviniera en el llamado turismo radioactivo (y la creación de una industria turística sobre el tema).

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