Las salas de cine en México han tenido una caída en la venta y asistencia al cine. Mientras en 2019 fueron vendidos 250 millones de boletos, a pesar de que ya existía Netflix y otras plataformas de streaming, en 2020 hubo una caída a 52 millones y en 2021 se han vendido 58 millones de boletos.“En promedio, eran vendidos 4.5 millones de boletos el fin de semana, y durante estos dos últimos años los fines de semana apenas se llegaba al millón; entonces, la situación efectivamente es de terror”, afirmó la Directora General de la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), Tábata Vilar Villa, durante la presentación del libro “La industria de cine en México tras la pandemia: entre el terror y el suspenso”, en la sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), en el marco del 36 Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).La Motion Picture Association (MPA) señala que, a nivel global, ya se superaron los mil millones de suscriptores a plataformas. Pero mientras han crecido los suscriptores a estos sistemas, la recaudación en el cine ha bajado a 72% en el mundo.Anotó que el fin de semana del 24 de septiembre hubo un aumento de 300% en la venta de boletos en Estados Unidos, lo que es una clara recuperación. “Tal parece que regresaremos a como estábamos antes”, subrayó Vilar Villa.Destacó la capacidad de adaptación del cine a los nuevos tiempos; no desapareció junto con las videocaseteras VHS, tampoco con empresas como Blockbuster, que alquilaban películas. “Soy optimista y pienso que no es el fin”.El cine cumple la función de ser un espacio de narrativa colectiva, y tiene la ventaja de la amplitud de la pantalla, que permite percibir mejor las imágenes; tiene correcciones de color que en una pantalla chica no se logran y los valores de producción de los filmes son mayores. Además, el estreno exclusivo en los cines evita la piratería, dijo.Considerando todas estas ventajas y la situación en otras partes del mundo donde las personas están volviendo al cine, se ve difícil que éste se vaya a acabar, aunque resaltó la necesidad de los cines de reinventarse para competir.En el caso de que los cines desaparecieran, existe el peligro de que el poder de las plataformas sería absoluto respecto a lo que se podría ver y a la oferta; de ahí la importancia de “lograr ecosistemas equilibrados, donde el Sol salga para todos”, y que esto sea objetivo de políticas públicas.El autor de “La industria de cine en México tras la pandemia: entre el terror y el suspenso”, Arturo Aguilar, dijo que este reportaje nació a raíz de la tesis de maestría de Periodismo y Política Pública, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).“Inicialmente, sólo iba a tratar de la ley de cinematografía que tenemos pendiente desde hace cinco a diez años, y que nunca se ha terminado”, explicó.Lo que sucedió el año pasado por la pandemia de la COVID-19 reescribió las reglas de la industria, desde hábitos de consumo hasta modelos de negocio, de producción; y fue la oportunidad, desde el lado periodístico, de hacer una radiografía más amplia e integral de todo el ecosistema y todos los que están involucrados, desde productores, distribuidores, exhibidores y plataformas, etcétera.“Se trata de ver dónde estamos parados a raíz de un momento tan atípico y especial como fue la pandemia en todo el mundo, que reescribió las dinámicas alrededor del cine”, subrayó Aguilar.¿Quieres saber más?Si quieres tener más contenido, más imágenes y aún más noticias, entonces descarga INFORMAPlus, la aplicación digital de EL INFORMADOR, donde tenemos materiales exclusivos para tí.Descarga la aplicación y pruébala GRATIS por treinta días.Si eres suscriptor de EL INFORMADOR tu acceso está incluido, solicítalo al 33 3678-7777.Para iOS: https://apple.co/35jaVgbPara Android: https://bit.ly/3gwVSEV