En el marco del Festival de cine Internacional de Cine en Guadalajara (FICG) en su edición 33 se estrenó ayer en México el documental “Hermanos” de Laura Plancarte. En éste, se muestran dos sociedades, la estadounidense y la mexicana con problemas sociales más allá de la controvertida migración.Dicha trama surge desde la experiencia propia de Plancarte, “siempre quise trabajar un proyecto con este tema porque no vamos a dejar de ser vecinos. Además, creo que los intercambios culturales siempre son muy ricos, la tercera cultura que nació es maravillosa”, comenta en entrevista.La historia del documental se incubó formalmente hace nueve años, cuando la directora mexicana comenzó sus estudios de posgrado de cine en Londres: “Mi primer ejercicio fue un corto de dos minutos donde era un espejo, un paralelismo en espejo de Estados Unidos (EUA) y México representado por una mujer y un hombre; por lo que la idea del documental lleva en la incubadora mucho tiempo. Sin embargo, no había encontrado la manera de hacerla hasta que conocí a un par de hermanos mexicanos de Tierra Caliente”.Fue así que Plancarte se acercó a los hermanos, Chuy y Chato; dialogó con ellos y los cuestionó, ahí supo que tenía que trabajar con ellos. “Me di cuenta que (la migración) era mucho más compleja que sólo buscar medios económicos. Lo que ellos buscaban era a la madre que los abandonó hace mucho tiempo. Estados Unidos se vuelve un escape no sólo por una cuestión económica, su madre se fue porque en ese momento había enviudado, se sentía muy sola y era muy joven, con sólo 20 años y tenía hijos, y dijo ‘Yo no puedo con esto’”, expone la directora.Otro de los personajes principales del documental es Vanessa, una mujer amigable y pro-Trump, con lo cual Laura logró mostrar la otra cara de la moneda “sin llegar a la caricatura”. Ambas partes, los hermanos mexicanos y la estadounidense, muestran más que sólo las problemáticas migratorias que viven los dos países: “Creo que se plantean los cuestionamientos existenciales de los seres humanos. Es la riqueza de trabajar con gente real, porque yo pongo una parte, pero ellos ponen mucho más y así, la pieza se vuelve viva y toca al espectador”.Durante la charla señaló que “los problemas de Vanessa y la realidad estadounidense están relacionados con la problemática social de Estados Unidos: la falta de educación, salud. Y de México, cuestionarnos por qué la gente se quiere ir. Esto desde una mirada íntima”, cuenta.Finalmente, Plancarte compartió que “Hermanos” se ha presentado en otras partes de Latinoamérica y EUA, y la reacción del público le ha dado un dejo de esperanza: “He encontrado que en ambas culturas se hace autocrítica y no crítica hacia el otro. Esto es hablar de un cambio de consciencia, si estamos dispuestos a vernos a nosotros mismos y no sólo el mal en el otro podremos avanzar”, finaliza.