Viernes, 22 de Noviembre 2024

La última sonrisa de Héctor Suárez

El histrión nacido en la Ciudad de México, fallecido a los 81 años, deja huella en la cultura popular mexicana
 

Por: El Informador

Héctor Suárez. El actor se mantuvo activo hasta sus últimos días de vida. SUN

Héctor Suárez. El actor se mantuvo activo hasta sus últimos días de vida. SUN

Formado en los escenarios teatrales, cinematográficos y la televisión. Dueño de un sentido del humor negro e inteligente. Contestatario e ingenioso en cada proyecto. Enemigo de encadenarse a un estilo, o personaje. Hoy van a ser muchas las palabras que se le dediquen a Héctor Suárez en varios medios: el rebelde, el humorista, el disidente, el actor. Y con la huella que deja en el mundo histriónico y la cultura popular mexicana, bien le podríamos agregar una etiqueta más: Inmortal.

Fue Héctor Suárez Gomís quien dio el anuncio del fallecimiento de su padre a través de un breve comunicado colocado en su Twitter (@PelonGomis): “Con profundo dolor, queremos compartir con ustedes el fallecimiento de Héctor Suárez Hernández. (De parte de) la familia Suárez, les pedimos que por favor comprendan este momento de gran tristeza que estamos viviendo y también esperamos que puedan respetar nuestro duelo”.

“Para nosotros se va el papá, el abuelo, el hermano, el esposo y no la figura pública que merece todo el reconocimiento de la familia artística y los medios de comunicación. Dennos oportunidad de procesar este duelo y en unos días podremos conversar con ustedes. ¡Gracias! Descanse en paz, Héctor Suárez”, añadió, sin agregar la causa del fallecimiento, aunque la actriz María Rojo descartó en declaraciones a los medios que haya sido por COVID-19.

Dueño de una extensa carrera sobre los escenarios, el actor deja varios personajes cómicos en el imaginario colectivo mexicano, en donde destacan “El no hay”, “El Picudo”, “Doña Zoila”, “El Flanagan”, “El Lic. Buitrón”, “El ‘ta difícil”, “El Destroyer”, entre otros.

Su filmografía incluye cintas que ya son consideradas de culto, llenas de una crítica social y humor negro que no han perdido fuerza ni vigencia. Destacan “Mecánica Nacional” (1972), “Las fuerzas vivas” (1975), “Lagunilla, mi barrio” (1981) y “El mil usos” (1983) en una larguísima lista. En televisión entre sus últimas apariciones se cuenta “Run Coyote Run” (2020).

Crítico acérrimo del mal cine y la “televisión basura”, también reconoció siempre el talento de las nuevas generaciones para corregir y levantar nuevos proyectos, como lo llegó a afirmar para este diario en una entrevista hace algunos años: “El cine mexicano sufrió mucho en manos de estas personas que promovieron basuras de ficheras, pulquerías, del narcotráfico. Todos ellos saturaron la gran pantalla hasta que se la acabaron”. 

“Afortunadamente ya hay una generación que ve a México de otra manera, en el cine está un González Iñárritu, un Del Toro, (Alfonso) Cuarón, jóvenes que hacen una carrera hermosa como Gael (García), (Diego) Luna”. 

El inicio del sueño

En su juventud su sueño era convertirse en arquitecto, incluso cursaba el primer año de la carrera en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional (IPN) cuando el destino le mostró que su camino era otro, ya que la novia de su hermano Sergio, que era actriz, le pidió que le ayudara a ensayar una obra titulada “Los Muertos”; tan complacida quedó la chica que le dijo que debería dedicarse a la actuación.

“Después de fastidiarme dos meses me convenció y llegué a la clase de Carlos Ancira de oyente, en 1958, en la Academia Andrés Soler, sin tener una preparación previa, pedí pasar al escenario. El señor Ancira dijo: ‘Miren, señores; aquí el señor viene de oyente y ya quiere subir al escenario’, pero accedió a mi petición. Al día siguiente empecé esta carrera, dejé la arquitectura, dejé todo”.

Fue el propio Ancira el que le dio una de las mayores lecciones de vida: “‘Siga estudiando don Héctor, no permita que el tiempo lo rebase, un actor jamás termina de aprender, aprenda’, y aprendí y sigo aprendiendo y creo que jamás dejaré de aprender, y de tantas cosas que aprendí comprendí la profesión a la que estaba destinado, la del actor que aprende a transformarse, metiéndose en la piel, en la sangre de otros seres para que no se descubra su condición de nadie y en mi locura, en mis delirios le he dado cabida a tantos personajes”.

Después de una década en las tablas, Héctor Suárez decidió probar suerte en la televisión, pero sobre todo en la comedia, y fue a Televicentro a pedir una oportunidad en el programa “Chucherías” (1962) que encabezaban Héctor Lechuga y Chucho Salinas, a partir de ese momento comenzó una fructífera carrera, entre telenovelas y programas cómicos, donde destacan “¿Qué nos pasa?” (1985-1987, 1998-1999) y “La cosa” (1997), cuya denuncia social le costó más de una censura.

El choque con Televisa

Tuvo encontronazos con Emilio Azcárraga Milmo, por no querer mandar sus programas a Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), dependencia perteneciente a la Secretaría de Gobernación; por temor a que le censuraran sus sketchs, hasta la salida definitiva de Televisa años después, por un problema con Emilio Azcárraga Jean. “No permití que me ofendiera y eso me costó estos 12 años (fuera de Televisa). Siempre me he defendido, y lo voy hacer toda mi vida, no voy a permitir que me pise nadie, nunca lo he permitido en mi vida”, dijo en 2011, cuando unos sketchs que presentaría en el programa “Iniciativa México” fueron recortados, lo que causó su rompimiento con Televisa. 

JL

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